OPINIÓN
Gorrión. El Papa ha hablado sobre el purgatorio, explicando que es "fuego de amor". Y santa Catalina dice que “cuando Dios ha purificado al hombre, lo ata con un hilo finísimo de oro, que es su amor, y lo atrae hacia sí con un afecto tan fuerte, que el hombre se queda como superado y vencido y todo fuera de sí”. Sí, Dios "tira" con el hilo de oro de su Amor del alma que se ha salvado pero no está totalmente purificada. Y en ese "tirar" hacia sí del Infinito Amor divino de nosotros hacia Sí, nuestros pecados constituyen como piedrecillas que no dejan que nos deslicemos suavemente hacia Él, y que nos producen espantosos dolores. Aún así, Dios sigue "tirando" de nosotros hacia Sí y nosotros cada vez deseamos con más fuerza que siga tirando, porque cada vez lo vemos más cerca y consecuentemente, cada vez lo amamos más.
Esto, como es lógico, lleva consigo un profundo desprecio y desapego de los pecados cometidos, ya que son los que nos están haciendo retrasar ese encuentro. El sufrimiento que este retraso conlleva es tan grande que no nos podemos hacer una idea, porque en este mundo no tenemos la capacidad de amar que tendremos después.
Este amor a Dios y este desprecio del pecado, van purificándonos hasta que se produce el encuentro final y definitivo con Quien es el Principio y el Fin de todo, ya sin sufrimiento de ningún tipo, sino en pleno gozo y felicidad... y, cuando resuciten los cuerpos, se unirán al alma para participar completamente, en cuerpo y alma, como Dios nos quiso, como fuimos creados, de la plenitud de Dios y de la perfecta comunión con los demás.
__________
No hay comentarios:
Publicar un comentario