3 jun 2012

COMENTARIO A LAS LECTURAS DOMINICALES. La diferencia entre el “dios nube” y Dios Trinidad



P. Mario Ortega. Yo llamo “dios nube” a la idea que muchas veces se tiene de Dios. “Yo creo en Dios” y me lo imagino como una especie de nube; “yo no creo en Dios”, e igual, uno piensa no creer en un ser “nube”, es decir, en un ente impersonal, impávido, abstracto y para nada concreto, como una nube, vamos.

El que así piensa, está en las nubes y no se ha enterado todavía del mensaje que la Iglesia lleva anunciando hace ya dos mil años: Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.Yo llamo “dios nube” a la idea que muchas veces se tiene de Dios. “Yo creo en Dios” y me lo imagino como una especie de nube; “yo no creo en Dios”, e igual, uno piensa no creer en un ser “nube”, es decir, en un ente impersonal, impávido, abstracto y para nada concreto, como una nube, vamos. El que así piensa, está en las nubes y no se ha enterado todavía del mensaje que la Iglesia lleva anunciando hace ya dos mil años: Dios es Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Este conocimiento de Dios no se lo ha inventado la Iglesia, pues no cabe en cabeza humana cómo un solo Dios pueda ser al mismo tiempo Trinidad de Personas. Estamos ante un misterio de fe. El mayor misterio de fe. Si los hombres lo comprendiéramos, Dios dejaría de ser Dios, pues significaría que lo Infinito dejaría de serlo al poder ser completamente abarcado por una mente finita, limitada.

Es un misterio de fe, no me pidas que te lo explique, que no se puede. La teología se asoma al misterio; el hombre por naturaleza busca y busca comprenderlo todo. Eso es bueno, porque refleja esa ansia de conocer la verdad que tenemos. Los tratados teológicos de Dios Uno y Trino, nos ofrecen reflexiones y argumentos maravillosos, pero no deja de ser un granito de arena en medio de todo el desierto. Dios es inabarcable. No es tanto para pensarlo, sino para contemplar su infinita perfección que se revela en las cosas creadas y más aún en la Biblia. Una nube es algo y Dios no es un algo, es un Alguien. Alguien para conocerlo y amarlo. Alguien que quiere entrar en relación con nosotros; Alguien con quien compartir; Alguien que siempre está por encima de nosotros para ayudarnos y no para oprimirnos; Alguien que nos ha creado para la libertad y no para abandonarnos en un vacío existencial o en la frustración de la muerte.

Dios es Alguien, y más que Alguien. Hay tres Personas en Dios. Esto lo hemos ido sabiendo a lo largo de la historia de la salvación. Durante todo el Antiguo Testamento, vemos cómo el Pueblo de Israel creía en un solo Dios, Creador, liberador, providente. Un Dios personal, es decir, con el que se puede tratar, hablar, hacer alianza. Pero que ese único Dios - que podríamos identificar, en principio, con el Padre – es también el Hijo hecho hombre Jesucristo y también el Espíritu Santo, ésta es una novedad absoluta del Nuevo Testamento.

Por eso, un cristiano es el que es bautizado en el nombre de la Trinidad. Y no es cristiano auténtico el que no crea que en Dios hay tres Personas. ¿Y esto qué tiene que ver con mi vida de cada día? Pues todo. Porque si uno cree de verdad en Dios Trinidad y no en el “dios nube”, descubre que Dios no sólo le ha creado, sino que también le ha redimido en una Cruz y le santifica cada día. Al aceptar por la fe a Dios tal como se nos ha revelado descubrimos a un Dios único pero no solitario, a un Dios “familia”, solo a través del cual podemos desvelar el segundo gran misterio después de Dios que es el misterio de nosotros mismos, ya que hemos sido creados a su imagen y semejanza.

Alegrémonos, porque hoy es la fiesta de Dios. La fiesta para adorarlo en sus tres Divinas Personas.

P. Mario Ortega

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