23 oct 2012

OPINIÓN. Nueva evangelización III. Coherencia católica, creativa y martirial


Fray Tuk. Apóstoles convencidos, coherentes y orantes es lo que necesita la vieja cultura occidental para que la tan deseada Nueva Evangelización, tema debatido estos días por los padres sinodales, sea eficaz. Recientemente publicaron algunos medios católicos el ejemplo del "nuevo cura de Ars".

Hablemos de coherencia y de su reverso, el fariseísmo, el rancismo y el pilatismo.


Estar convencido de que Dios se ha revelado en Jesucristo para nuestra salvación, y de que su mensaje lo transmite e interpreta fielmente la Iglesia de Cristo, la Católica, en comunión con el Papa, no es suficiente. El que abre su mente a la Verdad que es Jesús en persona, coherentemente no puede sino amarle y seguirle, con todo lo que ello implica:

- Creo en sus mandamientos y bienaventuranzas. Tarea de toda la vida es hacerlos vida. Quien dice: "Yo le conozco" y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él. Pero quien guarda su Palabra, ciertamente en él el amor de Dios ha llegado a su plenitud. En esto conocemos que estamos en Él. Quien dice que permanece en Él, debe vivir como vivió Él (1 Jn 2, 4-6).
- Creo en su mandamiento del amor. Lo prioritario para mí debe ser buscar desinteresadamente el bien integral de mi prójimo, aún de mi enemigo. Cuanto queráis que os hagan los hombres, hacédselo también vosotros a ellos; porque ésta es la Ley y los Profetas (Mt 7, 12). Este es el mandamiento mío: que os améis los unos a los otros como Yo os he amado (Jn 15, 12).
- Creo en su Pasión Redentora. Lucharé por morir espiritualmente al pecado. Nuestro hombre viejo fue crucificado con Él, a fin de que fuera destruido este cuerpo de pecado y cesáramos de ser esclavos del pecado. Pues el que está muerto, queda librado del pecado. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal de modo que obedezcáis a sus apetencias. ¿Pecaremos porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? ¡De ningún modo! (Rm 6, 6-7.12.15).
- Creo en su Resurrección. Debo, pues, vivir con Cristo vivo buscando la santidad a la que me llama. Así pues, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Aspirad a las cosas de arriba, no a las de la tierra. Revestíos, pues, como elegidos de Dios, santos y amados, de entrañas de misericordia, de bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, soportándoos unos a otros y perdonándoos mutuamente, si alguno tiene queja contra otro (Col 3, 1-2.12-14).
- Creo en su Iglesia. Coherentemente, tendré que practicar la espiritualidad de comunión con laicos, pastores y Papa, y sacramentalmente con Cristo. Como tú, Padre, en mí y Yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado (Jn 17, 21).
- Creo en su misión. Que es también mi misión. Dar testimonio de que Cristo, único salvador de la humanidad, vive en su Iglesia. Id por todo el mundo y proclamad la Buena Nueva a toda la creación. El que crea y sea bautizado, se salvará; el que no crea, se condenará (Mc 16, 15-16).


La coherencia adecuada a la convicción de fe tiene, a mi juicio, las siguientes características que, como veremos en el próximo artículo, sólo son posibles por la acción del Espíritu Santo:

- Es católica. Es decir, tomando etimológicamente este término, se trata de una coherencia "según la totalidad", no en un sólo aspecto. He aquí la catolicidad de la conjunción copulativa "y". Hay que cuidar la oración y la atención por lo social y la promoción de la familia y el respeto por la liturgia... Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo, por cuanto nos ha elegido en Él antes de la fundación del mundo, para ser santos e irreprochables en su presencia, por el amor (Ef 1, 3-4).
- Es creativa. No se trata de repetir unas fórmulas aprendidas de memoria, por más que el aprendizaje memorístico contribuya necesariamente al crecimiento en la fe. He de hacer que la fe católica viva en mí, y he de ingeniármelas para transmitirla. ¿Qué implica en mi circunstancia concreta vivir con Cristo? ¿Cómo puedo transmitir a quienes me rodean la Buena Noticia...? Los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz (Lc 16, 8).
- Es martirial. Hablamos de una coherencia que, según la etimología de esta característica, "da testimonio". Y tal punto de coherencia debe implicar el amor lógico a Cristo vivo, que el evangelizador, hoy como siempre, debe estar dispuesto a sufrir por su condición de católico. El siervo no es más que su señor. Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros (Jn 15, 20).


Las tentaciones principales contra la coherencia son:

- El fariseísmo. La vivencia de la fe del fariseo está adulterada, porque no es católica. No es católica porque sólo se fija en un aspecto del cristianismo. Se cree un cristiano modélico, por ejemplo, porque su apostolado se centra en los más pobres, y rechaza la labor provida por creerla "de derechas". Otro ejemplo; piensa que está en el buen camino por su delicadeza en la virtud de la castidad, y descuida con sus próximos la caridad descrita por San Pablo como paciente y servicial. La coherencia católica atiende a los pobres y la cultura de la vida y la castidad y la caridad. La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta (1 Co 13, 4-7).
- El rancismo. De rancio. No vive la fe de modo creativo, porque prefiere aferrarse a fórmulas, prejuicios, modas, falsas seguridades... Repetir esquemas que están bien vistos en su ámbito eclesial le da seguridad, pero pierde la docilidad al Espíritu Santo. No os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto (Rom 12, 2).
- El pilatismo. Imitan a Pilato quienes viven un cristianismo sociológico, funcionarial, trepador o rapaz. Su fe no es martirial, y consecuentemente deja de ser auténtica. Se lavan las manos cuando testimoniar a Cristo acarrea cruz. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia. Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, porque es asalariado y no le importan nada las ovejas (Jn 10, 10-13).
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1 comentario:

  1. Excelente artículo. Siempre tan claro y preciso. Gracias Fray Tuk.

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