3 dic 2012

OPINIÓN. Padres católicos que enseñan a otros padres cómo educar a los hijos


Fray Tuk. Nunca los jóvenes han tenido tanta libertad. Nunca estuvieron tan desorientados a la hora de utilizarla. Muchos adultos han fracasado en transmitir la sabiduría de la vida. Tarea de los padres católicos es iluminar a otros sobre cómo educar a los hijos con criterio.


El arzobispo polaco de Poznań, Stanisław Gadeki, destacó el pasado Sínodo un importante momento vital para la nueva evangelización: cuando los jóvenes se enfrentan por primera vez a la tarea de ser padres y educadores de sus hijos. En efecto, es una etapa de la vida en la que contrasta el interés de los nuevos padres por dar lo mejor a sus hijos con el poco criterio para desempeñar su misión. El interrogante existencial '¿cómo educar a mis hijos?' es, por tanto, un buen momento para la nueva evangelización, pues el encuentro de padres alejados de la fe con padres católicos en los ámbitos ordinarios de la sociedad (clubs de actividades infantiles, catequesis sacramental, guarderías, escuelas...), debe suscitar el testimonio de los segundos a los primeros sobre cómo educar íntegramente a los hijos, en cuerpo y alma.

Títulos, resaltados y comentario final en cursiva son míos.

Jóvenes: libres pero sin norte, "una situación insostenible".

"Nuestros jóvenes se encuentran hoy en una situación insostenible. Por una parte, son lanzados con gran antelación respecto a su edad mental a un mundo de grandes riesgos a nivel de información, saber, sensaciones, oportunidades de encuentro y, por otra parte, los adultos los abandonan en su recorrido formativo. Ninguna época como la nuestra ha conocido una libertad personal y colectiva como la que experimentan nuestros jóvenes. Pero a esta libertad no se corresponde ninguna promesa sobre el futuro, porque la vieja generación ha desertado de su papel educativo".

Padres: mucha preocupación por sus hijos pero poco criterio.

"El problema actual es la falta de cuidados que los adultos manifiestan hacia las nuevas generaciones. No significa que los adultos, en general, no estén preocupados por el futuro de sus hijos; pero... la preocupación de los padres no consigue ofrecerles apoyo en la formación".

Padres católicos: maestros en el arte de educar.

"Los padres bautizados pueden de nuevo – a causa del amor hacia sus hijos – convertirse en sus primeros e indispensable catequistas. Son los catequistas adultos quienes, como testigos de fe y portadores de los contenidos de la fe, prepararan, a veces mejor que los sacerdotes, a los demás adultos en su tarea educativa".

Ámbitos de encuentro entre padres.

"El camino para llegar a los adultos que se han perdido no debería pasar necesariamente a través de las parroquias, sino más bien a través de los ámbitos con los cuales se identifican: las comunidades (los clubs, los hospitales, las cárceles, las casas para madres con niños, los padres de los niños que se preparan para la Primera Comunión o el Bautismo, los centros de actividades) y los lugares educativos (las guarderías, las escuelas, las universidades, el mundo de la cultura, los medios de comunicación)".

Aguda localización de un momento existencial extraordinario para invitar a los adultos a volver a la Iglesia, Madre y Maestra: cuando 'no saben qué hacer con sus hijos'. Coincido plenamente con el obispo Gadeki en que una de las tareas principales de la catequesis cristiana es forjar padres responsables y sabios en la tarea de la educación. El ambiente de insano permisivismo es muy hostil para quienes quieren transmitir a sus hijos convicciones firmes para una vida de fe, llena de virtudes humanas y cristianas, pues esto supone saber poner límites y saber transmitir la bondad de esos límites. Los padres católicos no sólo no tienen que estar acomplejados por su amor exigente hacia sus hijos, sino que tienen que iluminar y ayudar a otros padres a vivir este verdadero amor que supone un educación con criterio para que los hijos aprendan a utilizar su libertad para construirse una vida sólida, plenamente humana y cristiana.

Texto completo de su intervención.

Publicado en Certeza católica.
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