26 sept 2011

OPINIÓN Después de la Jornada Mundial de la Juventud III


P. Roberto Visier..No faltan ni siquiera detractores de la Jornada dentro de la Iglesia y no faltan razones muy razonables. Las masas no piensan, se dejan arrastrar como ovejas, se inflaman de un entusiasmo pasajero, les gusta el jolgorio, el ruido, son jóvenes que buscan sólo la fiesta; la fe es un encuentro personal e interior con Dios. No podemos convertir al Papa en un artista que se da un baño de multitudes, gobernar la Iglesia es algo un poco más serio.

Muy bien, sabemos que no existen fórmulas mágicas. Las Jornadas Mundiales de la Juventud no devolverán las raíces cristianas a Occidente y los encuentros multitudinarios no son el único recurso de la Iglesia, ni siquiera el más importante, pero reconozcamos la evidencia: Si debemos tratar de llegar a los jóvenes con nuevo ardor, nueva expresión y nuevos métodos, así se ha definido la “nueva evangelización”, me parece que este método es expresivo, eficaz y bastante ardiente. La parte personalizada viene antes y después. Si esto falta es cierto que todo puede quedar en buenas intenciones.

El Papa ha hecho su parte, pero si nosotros no hacemos la nuestra, seremos culpables del fracaso. El Papa no puede formar la juventud católica él solo, cuenta con nosotros para ello. Es muy fácil decir: “todo ha quedado en nada, los jóvenes no entienden lo que el Papa les dice”. Si los sacerdotes, los catequistas, movimientos apostólicos y demás comunidades cristianas no enseñan a los jóvenes el catecismo y no les enseñan a rezar en serio ¿Cómo podemos esperar que la JMJ sea eficaz? El acontecimiento es una importante semilla pero si la tierra no es buena, los pájaros, las piedras y las zarzas se ocuparán de que no dé fruto. Como siempre los que menos hacen son los que más se quejan de lo que hacen los demás. El Papa ha reunido casi dos millones ¿Cuántos tienes tú? Y no se trata de números pero no nos podemos quedar con los brazos cruzados lamentándonos, hay que sembrar.

No todos se han convertido durante la JMJ, no todos han dado un vuelco en su vida pero sí han recibido un mensaje que jamás podrán olvidar. La Iglesia no está muerta, ni está formada sólo por personas ancianas; la fe no está reñida con la alegría; los curas y monjas no son personas extrañas y alejadas de la gente. El Papa es una persona cercana que se interesa por mí, que dice la verdad sin temor a las consecuencias o al qué dirán mañana los periódicos. Existe una alternativa a la ideología de esta sociedad egoísta que nos ha conducido a una profunda crisis. Hay una salida, al final del túnel hay una luz, el evangelio hoy se puede vivir como ayer, algunos lo hacen ¿Por qué yo no? Sobre el papel son sólo palabras, pero los que estuvimos allí sabemos que todas estas verdades se palparon y dejaron una huella imborrable.

P. Roberto Visier.

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