22 may 2010

Laico: piensa más y actúa con coherencia, por favor



OPINIÓN. Fray Tuk. El cultísimo y brillante Papa que nos ha regalado el cielo pronunció ayer viernes 21 de mayo un importante discurso sobre el papel del laico en la vida política con motivo de la 24ª Asamblea Plenaria del Pontificio Consejo para los Laicos, organismo vaticano creado en 1967 por Pablo VI como fruto maduro de la renovada conciencia que la Iglesia cobró en el Concilio Vaticano II sobre la importancia del apostolado de los laicos en el mundo. ¿Realmente el laico cristiano ha logrado impregnar con los valores del evangelio el mundo en que vivimos, como pedía el Concilio? No. Muy al contrario, está perdiendo los que tenía. El Papa, consecuentemente, pide a los laicos: piensen más y actúen con coherencia, por favor.

La falta de un pensamiento fuerte y propiamente católico en la vida pública de nuestras sociedades cristianas, ha dejado el terreno abonado a una nueva religión: el relativismo, en el que las personas no se respetan sino que se utilizan (si no se saben hijos de un mismo Dios, ¿por qué tratarse como hermanos?), y en el que se adora al dios placer (si desconocen el Espíritu, sólo les queda la carne). Benedicto XVI así lo ve, y extrae las consecuencias: “la difusión de un relativismo cultural confuso y de un individualismo utilitarista y hedonista debilita la democracia y favorece el dominio de los poderes fuertes”. Es decir, mientras que el cristianismo fortalece al débil y limita al poderoso, el paganismo, al dejar al débil ignorante y esclavo de sus pasiones, instaura la ley del más fuerte, léase, del gobernante y los mass media de turno, y de su pseudo-religión retro-progresista, que se traduce en lujuria, aborto, censura, divorcio, gaymonio, desamparo de pobres y ancianos... Por eso urge el Papa a luchar contra esta Inquisición Relativista con "la defensa de la vida y de la libertad, la custodia de la verdad y del bien de la familia, la solidaridad con los necesitados y la búsqueda necesaria del bien común". Pero para fomentar la cultura de la vida, el laico debe pensar mucho y bien.

Piensa bien quien está convencido de que la verdad sobre el hombre que Dios nos revela en la Iglesia, orienta al verdadero progreso: “la fe permite leer en modo nuevo  y profundo la realidad y transformarla... de manera siempre coherente con las enseñanzas de la Iglesia”.

Piensa mucho quien no sólo repite fórmulas aprendidas, sino que busca "razones bien fundadas". Mucho piensan los impulsores de la cultura de la muerte cómo instalar sus falacias en la sociedad: su éxito es indudable. El laico o crea opinión pública, o fracasa: “la contribución de los cristianos es decisiva únicamente si la inteligencia de la fe se convierte en inteligencia de la realidad, clave de juicio y de transformación”.

Fray Tuk.

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2 comentarios:

  1. Sí, los laicos debemos ser luz en medio del mundo, lo que no se puede sin estar unidos a Cristo y a su Iglesia.

    No podemos claudicar y admitir lo que va contra el Evangelio, y todos esos síntomas de la cultura de la muerte que se comentan van claramente contra el mensaje de salvación del Señor.

    Gracias al Santo Padre por seguir iluminándonos.

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  2. Sí, los que tanto insistían con el protagonismo de los laicos en la Iglesia, etc. eran los que jamás daban la cara por la fe ni por la Iglesia fuera de la Iglesia. Sin embargo, dentro de la Iglesia pretendían gobernar a todos (incluido al sacerdote).

    Esperemos que estas actitudes desaparezcan, porque también es cierto que un buen laico de verdad es un bien muy grande para la Iglesia -por su apostolado- y para el mundo, porque es para el mundo como la sal que no le deja que se corrompa y como la luz (no propia, sino de Cristo) para iluminarlo, tal y como Jesús enseñó.

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