P. Mario Ortega. En pocos versículos - los que acabamos de escuchar del capítulo 5 de Mateo - Jesús se encuentra con las más diversas reacciones de las personas. Ante Él, nadie puede permanecer indiferente: el jefe de la sinagoga confía en Jesús, como el último recurso para salvar a su hija enferma; la misma actitud de fe y confianza muestra la anciana que toca su manto con la esperanza de ser curada; sin embargo, los mismos apóstoles, los amigos de Jesús, parece que no le entienden del todo cuando Él pregunta quién le ha tocado entre tanta gente y quieren darle lecciones. Tampoco faltan, finalmente los que se ríen de Él porque dice que la niña muerta en realidad está dormida.
Jesús ¿quién eres tú, que ante ti los hombres respondemos de tan diversas maneras? Después de hacer los milagros, de anunciar el Amor de Dios y el Amor al prójimo habrá quien te rechace y te envíe a la cruz. Habrá también quienes te amen y te sigan.
Jesús ¿quién eres tú, que ante ti los hombres respondemos de tan diversas maneras? Después de hacer los milagros, de anunciar el Amor de Dios y el Amor al prójimo habrá quien te rechace y te envíe a la cruz. Habrá también quienes te amen y te sigan.