Martes 6 de agosto de 2013.
RESUMEN VenL. El Tribunal de Apelación británico ha confirmado la decisión judicial que negaba un supuesto "derecho" al suicidio asistido a dos personas impedidas, Tony Nicklinson (fallecido antes de conocerse esta última sentencia) y Paul Lamb. Los abogados de ambos demandantes argumentaban que la Convención Europea de Derechos Humanos, que reconoce el derecho a la autonomía y la autodeterminación al final de la vida, proporcionaba un fundamento jurídico para que sus clientes pudieran recibir ayuda médica para poner fin a su vida. Los tribunales británicos ya habían rechazado esa posibilidad y ahora, en fase de apelación, se confirma el rechazo a ayudar a morir a los pacientes. Según la organización británica "Cuidarles, no matarles" defensora del derecho a la vida hasta la muerte natural, la sentencia confirma una simple verdad: que la ley británica existe para proteger a los más vulnerables y los que no tienen voz.
Noticia en InfoCatólica.
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