29 ene 2013

OPINIÓN. Epidémica mediocridad presbiteral y episcopal (1 de 2)


Fray Tuk. Tommaso Spinelli es el joven laico de 23 años que se atrevió a denunciar y detallar en el pasado Sínodo que la mediocridad clerical generalizada es uno de los mayores obstáculos para la Nueva Evangelización.


Este artículo y el próximo quieren ser un homenaje a los presbíteros y obispos cuya motivación pastoral fundamental es el amor a Cristo crucificado y resucitado. "Minoritarios", a juicio del joven Tommaso. Y también a mi juicio. Entre comillas, la intervención de Tommaso. En cursiva mis comentarios. Los títulos y subrayados son míos.

Los obispos deben escuchar.

“Mi reflexión quiere ser simplemente una ayuda para entender qué espera un joven de la nueva evangelización. Vosotros sacerdotes [dirigiéndose a los obispos] habéis hablado sobre el papel de los laicos, yo que soy laico, quiero hablar del papel de los sacerdotes”. [risas]

Hace poco charlaba con un profesional que asesora personalmente a varios prelados. Le pedí encarecidamente que les ayudase a aprender a escuchar, a lo que me respondió entre bromas y veras que pedía un milagro. Profusamente se habló tras el Concilio y se sigue hablando en el mundo clerical sobre el diálogo y sobre la escucha del otro. A muchos sacerdotes y obispos habría que decirles aquello de “dime de qué presumes y te diré de qué careces”. La finalidad de la Iglesia parece haber cambiado; ya no es la 'salus animarum', sino 'que no haya líos' (antes se llamaba a esta actitud 'prudencia de la carne'). Este dogma fundamental de la 'pastoral' implica:

- El criterio de fe, el amor a la verdad, la justicia especialmente para con el débil, la evangelización, el bien común, ya no conforman la brújula que orienta la pastoral de muchas diócesis. Estos conceptos se ven reducidos al murmullo vacuo de “lo que se debe decir”. Haced lo que ellos dicen…

- El Derecho Canónico y el Magisterio de la Iglesia, por lo mismo, se convierten en papel mojado.

- Muchos obispos escuchan y atienden sólo a quien les puede causar problemas, bien con el presbiterio, bien con las cofradías, bien con la dictadura de lo políticamente correcto, bien con los medios, bien con Roma. De hecho, el miedo a la publicación en internet de ciertos manejos episcopales lamentablemente está resultando más eficaz para la rectitud material del gobierno de muchas diócesis que el santo temor de Dios.

- El laico (catequista, por ejemplo), el sacerdote o la institución que ama a Cristo y busca la 'salus animarum' conforme al Evangelio y al Magistario de la Iglesia, pero que no tiene poder político ni mediático ni diocesano ni vaticano, tiene todas las posibilidades de no ser escuchado y de ser ninguneado y despreciado en su parroquia y en su diócesis. Los 'anawin' siguen siendo 'anawin'.

- Se da la perversa circunstancia de que para esos sacerdotes y obispos atemorizados con los 'líos', cuanto menos católicos haya menos posibilidad de 'líos' hay. O si hay católicos, al menos que no estén formados, no sea que vayan a pedir que las cosas se hagan conforme al criterio de fe y se produzca 'lío'. Salvando las distancias, la misma actitud que los políticos que buscan un pueblo mermado (aborto) e inculto (ESO).

Minoría de presbíteros y obispos creíbles.

“Nosotros los jóvenes tenemos necesidad de guías fuertes, sólidos en su vocación y en su identidad. Es de vosotros, sacerdotes, de quien nosotros aprendemos a ser cristianos, y ahora que las familias están más desunidas, vuestro papel es todavía más importante para nosotros. Vosotros nos testimoniáis la fidelidad a una vocación, nos enseñáis la solidez en la vida y la posibilidad de elegir un modo alternativo de vivir, siendo éste más bello que el que nos propone la sociedad actual. Mi experiencia testimonia que allí donde hay un sacerdote apasionado, la comunidad, en poco tiempo florece. La fe no ha perdido atractivo, pero es necesario que existan personas que la muestren como una elección seria, sensata y creíble. Lo que me preocupa es que estos modelos se han convertido en una minoría”.

Se puede decir más alto, pero no más claro. La coherencia sacerdotal de fe en la vida y en la predicación atrae y florece. Es lo que quieren de sus pastores los laicos humildes sin más poder que el de su amor a Cristo. Pero ese tipo de presbíteros y obispos es minoritario, porque el martirio y la cruz de nuestro Maestro no están de moda. Y además, el 'éxito pastoral' del presbítero "sólido en su identidad" suscita la envidia clerical pasiva en algunos casos y activa en otros. Reina el Quinto Evangelio según Nohayqueexagerar (sin 'san').

Continuará...

Publicado en Certeza católica.
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