1 sept 2011

TESTIMONIO. Un misionero en las elecciones presidenciales de Perú 2011


He estado mucho tiempo sin escribir, pues en Progreso estuve todo este tiempo sin internet. Pero ahora he viajado al Cuzco para las elecciones y ya ves, esta mañana de domingo la empleo en escribirte antes de ir a votar.

Todas estas semanas están siendo muy complicadas. La campaña se ha radicalizado mucho y el ambiente es tenso y violento. Más que nunca, me siento seguro de cuál es mi misión: dar testimonio de paz y ocasiones de encuentro y unión entre tantas personas que en tan poco tiempo han inventado y encontrado demasiados motivos para odiarse. No siempre lo consigo, pero sé que debo hacerlo.

En todo caso, soy consciente que no puedo dar lo que no tengo, y por eso cuido como nunca mi vida de oración y mis momentos de soledad y lectura. ¡Es tan fácil implicarse en la vorágine política que nos rodea! Cada facción, cada candidato, busca satanizar al contrario y denigrarlo como nunca había visto, y esto, curiosamente, ahora que entro en internet, se contagia incluso a la prensa en Europa, donde parece que asistimos a una película de buenos y malos. La crispación es total y me duele ver como este sentimiento se contagia con tanta facilidad.

Los días de misión fueron un oasis en medio de todo esto. Visité algunas de las Comunidades más alejadas, donde hay que llegar caminando, y allí la gente está más preocupada de su día a día que de tantas peleas y luchas intestinas. En las fotos verás un poco el recorrido, aunque en desorden.



P. Jorge de Villar.

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