22 sept 2011

TESTIMONIO. La política que divide y la fe que une

(...viene de 'En Tambo y Payquiste')

Después de estos días en Payquiste, seguimos camino a Paccayura. Conforme bajamos, todo es más sencillo: nuestras mochilas van pesando menos, pues en cada lugar vamos gastando el chocolate, los panes y otros materiales que hemos traído para nuestros anfitriones, que con tanta generosidad nos acogen.

Paccayura, al borde del río, es un lugar muy diferente. No sólo por su clima caluroso, sino por la carretera que lo comunica con el distrito de Vilcabamba. El movimiento es mayor y, de nuevo, encontramos esa tensión y violencia que habíamos olvidado en los días anteriores. Es desagradable, pero hacemos lo que debemos y, al menos por un día, conseguimos que la gente no se reúna en dos facciones para aprender a despreciarse, sino en una sola, para intentar reconciliarse mediante el perdón.

Qué importante es sentir la necesidad del perdón de Dios para aprender a perdonar a tu hermano. Lamentablemente, siempre están aquellos que, en su soberbia creo yo, no se sienten necesitados de ningún perdón. Y ellos son precisamente entonces los que no perdonan nada a nadie y siembran rencores y divisiones.

En Paccayura viene Juan Carlos a buscarnos con la camioneta de la Parroquia y, cansados pero felices, volvemos ya por carretera a Progreso, donde una vez más, el internet está fallando intermitentemente. El domingo, con los mayores, repartimos las mantas que tanto van a necesitar en estos meses de intenso frío que ya están llegando.

Espero que las fotos te hayan ayudado, aunque desordenadas, a seguir un poco todos estos días que he estado fuera. Ahora, en Cuzco, me dispongo a votar en conciencia, sin odios y sin pánicos. Dios quiera que todo vaya tranquilo y que estos días de tensión queden atrás. Aunque me temo que no va a ser tan fácil.

Arturo, siempre tú y los tuyos están en mis oraciones. Sabes que necesito tus oraciones. Gracias por estar tan cerca de esta Parroquia. Ojalá muy pronto puedas venir un buen tiempo aquí, no tanto a trabajar, no te preocupes. Solo tu presencia sacerdotal me ayudaría mucho. Ojalá pueda hacerse.

Tu amigo y hermano sacerdote misionero.

Padre Jorge.

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