Así terminaba el comunicado de su renuncia:
“Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mí respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria”.
Gracias, Santo Padre. Le encomendaremos todos los días de su vida, téngalo por seguro.
Benedicto XVI: “Testigos heroicos”
Hacía solo unos meses que el Cardenal Joseph Ratzinger había sido elegido Sumo Pontífice. Era el 29 de octubre de 2005 y acababa de tener lugar la beatificación de María de los Ángeles Ginard Martí, de la Congregación de las Hermanas Celadoras del Culto Eucarístico, y de 7 sacerdotes de la diócesis de Urgell. Al final de la celebración, Benedicto XVI bajó desde sus apartamentos hasta la Basílica Vaticana para venerar las reliquias de los nuevos beatos. Por primera vez, el nuevo Papa besaba el relicario de unos mártires de la persecución religiosa española. Seguidamente, impartió la Bendición Apostólica y dirigió unas palabras en castellano y catalán, agradeciendo a Dios “por este gran regalo de testigos heroicos”.
En su intervención, el Papa destacó: “los ejemplares sacerdotes de la diócesis de Urgell inmolaron su vida durante la persecución religiosa en España por su fidelidad al ministerio sacerdotal, que ejercieron con gran entrega en las comunidades parroquiales, dando testimonio de su condición sacerdotal y perdonando a sus perseguidores. Dieron su vida invocando al Rey del Universo”.
530 mártires españoles
Dos años después, el 28 de octubre de 2007, tuvo lugar la beatificación de 498 mártires (2 Obispos -Cuenca y Ciudad Real-, 24 sacerdotes diocesanos, 462 religiosos, 1 diácono, 1 subdiácono, 1 seminarista y 7 laicos) que pertenecían a 23 Causas.
El 23 de enero de 2010 fue beatificado en la Basílica de Santa María de Mataró (Barcelona), el sacerdote diocesano Beato Josep Samsó i Elias, martirizado el 1 de septiembre de 1936.
El 17 de diciembre de 2011 en la Catedral de La Almudena de Madrid subieron a los altares el Beato Francisco Esteban Lacal, sacerdote profeso, y 21 compañeros de la Congregación de los Misioneros Oblatos de María Virgen Inmaculada. Los religiosos trabajaban en Pozuelo y casi todos fueron ejecutados en Paracuellos del Jarama (Madrid). Junto al grupo de Oblatos fue beatificado el seglar y padre de familia Cándido Castán San José, vecino del pueblo de Pozuelo, que fue detenido en su casa y llevado al convento para ser ejecutado “por su vivencia no disimulada de la fe católica”.
En resumen, el cómputo total de los mártires de la persecución religiosa española durante el pontificado de Benedicto XVI es de 530 mártires.
Publicado en Religión en Libertad
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