25 jun 2013

ESPIRITUALIDAD CATÓLICA. Hno. Estanislao de Jesús


P. Jorge Teulón. Causa de Mauricio Iñiguez de Heredia Alzola y 23 compañeros. Una de las Causas a las que se refería Monseñor Martínez Camino en la rueda de prensa, y que está a la espera de ser confirmada para la beatificación de Tarragona, es la causa de Mauricio Iñiguez de Heredia Alzola y 23 compañeros de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios de Madrid, Barcelona, Valencia y Málaga. Dos de los martirizados en la persecución de Málaga eran de la provincia de Toledo: uno de Talavera de la Reina y otro de Ocaña. Nos adentramos hoy en la biografía del talaverano.

Hermano Estanislao de Jesús Peña Ojea

Isidro Valentín había nacido el 4 de abril de 1907, y fue bautizado a los tres días de nacer. Sus padres, jornaleros, buenos cristianos y de condición social media, se llamaban Francisco Peña Flores y Jacinta Ojea Fuentes, los cuales procrearon diez hijos, siendo nuestro Siervo de Dios el más pequeño; se quedó sin embargo huérfano siendo todavía muy niño.


Frecuentó el colegio de San Prudencio (Asilo en una de cuya partes la Fundación CCM tiene actualmente su sede, como puede apreciarse en la fotografía) de su ciudad natal siguiendo los estudios propios y logrando una buena formación y educación. Era de estatura regular, fino y educado en sus modales, de carácter alegre y simpático, por lo que fácilmente se abría a las relaciones sociales.

Como religioso vivió dos etapas separadas por un breve intervalo de medio año. Todavía muy joven, sintiéndose llamado a abrazar la vida religiosa hospitalaria, ingresó en la Orden (noviembre 1924), y recibió el hábito religioso el 28 de junio de 1925 en Carabanchel Alto con el nombre de Fray Patrocinio, dando principio al noviciado. Cumplido éste satisfactoriamente emitió los votos temporales un año después el día de san Pedro, 29 de junio de 1926.

Iniciados a continuación los estudios profesionales de enfermero en Ciempozuelos, en Madrid. Fue alistado para cumplir el servicio militar en el cuerpo de sanidad que lo completó en la clínica militar de Ciempozuelos. Alternó como ayudante de Fray Diosdado Corominas, director de la Escuela Apostólica, haciendo de profesor y enfermero de los niños y muchachos apostólicos.

Continuó la asistencia hospitalaria en Jerez‐Granada‐Sant Boi de Llobregat y Ciempozuelos según era citado para las diversas revisiones post servicio militar (1930‐1932).

Su segunda etapa como hospitalario la inició a los seis meses de su salida en que se incorporó (noviembre 1932) durante una breve temporada al Sanatorio Psiquiátrico de Santa Águeda de Guipúzcoa, de donde pasó a la casa de noviciado de Carabanchel Alto. Al tomar nuevamente el hábito recibió el nombre de Fray Estanislao de Jesús, dando principio al noviciado en junio de 1933 y emitió la profesión temporal el 8 de junio de 1934. Tras una breve estancia en Ciempozuelos, se incorporó a la comunidad de Málaga, donde el Señor le otorgaría la corona del martirio.


Sanatorio Psiquiátrico de San José de Málaga

A principios del año 1921, llega a conocimiento del Hermano Juan Jesús Adradas, Provincial de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios en España, la venta de la Hacienda San José en las afueras de Málaga. Algunos facultativos le aconsejan su adquisición para instalar un hospital psiquiátrico debido a su situación privilegiada.El estado de abandono en que se encontraban la Finca y el Palacio era de tal importancia, que fue preciso un largo periodo de tiempo para su habilitación, sobre todo teniendo en cuenta el objetivo que había llevado a su adquisición.



El 19 de marzo de 1924, es inaugurado como Hospital Psiquiátrico, asistiendo a tal evento el Obispo de la Diócesis, el Beato Manuel González, las autoridades de la ciudad y Hermanos de la Orden. Invitada la prensa malagueña, visitan el establecimiento los diarios: “Unión Mercantil”, “Diario Malagueño” y el “Cronista”, los cuales hacen un caluroso elogio del Centro, de sus frondosos parques y amenos jardines.

Diez años después, Fray Estanislao de Jesús Peña, formará parte de la comunidad de Málaga. Se le recuerda como “educado, fervoroso y cumplidor de su tarea hospitalaria”. En estos años será testigo de la situación tan tensa y crítica que se vivía en la ciudad con iglesias y otros edificios siendo pasto de las llamas, manifestaciones violentas, etc.

Al ofrecimiento del superior de que los religiosos podían salir del sanatorio hasta que pasasen esos momentos críticos y se normalizasen las cosas, el siervo de Dios, al igual que los otros miembros de la comunidad, manifestó su voluntad de continuar en su misión hospitalaria. Su disposición personal de fe y de hospitalidad estaba en una línea de fidelidad a Dios y a su vocación hasta la muerte: “Me quedo junto a los enfermos, pase lo que pase, y quiero correr la misma suerte...”. 


Pocos días vivieron tranquilos los Hospitalarios en el Sanatorio San José de Málaga después del levantamiento militar del 18 de julio de 1936, pues el 20 porla mañana empezaron los registros a la casa y otras molestias. Los religiosos sin embargo seguían cumpliendo sus deberes religiosos y asistenciales, aunque desde el 14 de agosto tuvieron que suprimir los actos de culto público. Todo ello les hacía disponerse para cualquier eventualidad persecutoria directa, e incluso la muerte. Y así ocurrió el 17 de agosto. Por la tarde, sobre las diecinueve horas, mientras los religiosos se hallaban atendiendo hospitalariamente a los enfermos durante la cena, repartidos por los diversos pabellones, milicianos juntamente con varios empleados del comité del sanatorio, irrumpieron en el mismo con varios coches, apresaron de forma soez a los religiosos y se los llevaron. Fray Estanislao, vistiendo todavía la bata de enfermero, fue detenido “entre insultos” y con los demás Hermanos montado en los coches y llevado junto a las tapias del cementerio san Rafael, donde fueron asesinados al anochecer. Cuentan que cuando le llevaban los milicianos les decía: “a mí os costará matarme”. Y así fue, pues tuvieron que darle cerca de cuarenta tiros.

Murió mártir de Cristo y de la hospitalidad a la edad de 29 años y 10 de profesión religiosa. 

Sus restos esperan el día de su glorificación en una cripta, en la capilla del Santísimo de la Agonía, preparada en la Catedral de Málaga por el obispo diocesano Mons. Balbino Santos Olivera para acoger a los mártires de la persecución religiosa de 1936‐1939.


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