Fray Tuk. El Año de la Fe ha comenzado con un acontecimiento de primera magnitud para la Iglesia. Desde el pasado domingo 7 de octubre hasta el próximo 28, se reunen en Roma 262 padres sinodales en la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos para tratar la cuestión acuciante de 'La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana'.
Como telón de fondo, dos documentos históricos:
1. El decreto Ad Gentes del Concilio Vaticano II sobre la actividad misionera de la Iglesia en el que, fente a la "nueva condición de la humanidad", se puso de manifiesto la "urgencia a salvar y renovar a toda criatura para que todo se instaure en Cristo y todos los hombres constituyan en El una única familia y un solo Pueblo de Dios" (1).
2. La Exhortación Apostólica Postsinodal Evangelii Nuntiandi, fruto de la III Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos con el tema "La evangelización en el mundo moderno", en la que Pablo VI describía al "predicador del Evangelio" como "aquel que, aun a costa de renuncias y sacrificios, busca siempre la verdad que debe transmitir a los demás" (78).
Pero fue el beato Juan Pablo II quien acuñó el término "nueva evangelización" para designar la tarea de transmitir el Evangelio en tierras donde el cristianismo tuvo una fuerte presencia que ha ido perdiendo con los años en un terrible proceso de descrisianización. El término "misión ad gentes" determina, por otro lado, la evangelización de los pueblos en los que nunca existió una fuerte implantación del cristianismo. Juan Pablo II utilizó por primera vez la expresión "nueva evangelización" en su peregrinación apostólica a Polonia de junio de 1979, en la homilía de la Santa Misa para los obreros de Nowa Huta, todavía oprimidos por la dictadura comunista.
En aquél momento, el Papa definió alguna de las principales características de la nueva evangelización:
1. Reiteración. "Se trata de un segundo anuncio".
2. Mismo contenido. "En realidad es siempre el mismo".
3. Fidelidad al Magisterio. "Debe fundarse en la doctrina del Concilio Vaticano II".
4. Tarea común.. "Tarea común de los obispos, de los sacerdotes, de los religiosos y de los seglares, obra de los padres y de los jóvenes".
5. Enseñanza y vida. "La parroquia no es únicamente un lugar donde se enseña el catecismo, es además el ambiente vivo que debe actuarlo".
Tras la VII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos de 1987, Juan Pablo II describió en el número 34 la Exhortación Apostólica Postsinodal Christifideles laici las características de los territorios destinatarios de la nueva evangelización:
1. Antaño cristianizados. "En un tiempo la religión y la vida cristiana fueron florecientes y capaces de dar origen a comunidades de fe viva y operativa".
2. Neopaganismo. "Radicalmente transformados por el continuo difundirse del indiferentismo, del secularismo y del ateismo".
3. Desarrollo. "Se trata de países y naciones del llamado Primer Mundo, en el que el bienestar económico y el consumismo inspiran y sostienen una existencia vivida «como si no hubiera Dios»".
4. Cristianismo sociológico. "La fe cristiana sobrevive en algunas manifestaciones tradicionales y ceremoniales".
5. Nihilismo. "Interrogantes y grandes enigmas, que, al quedar sin respuesta, exponen al hombre contemporáneo a inconsolables decepciones".
Recientemente, en septiembre de 2010, Benedicto XVI creó el Consejo Pontificio para la promoción de la Nueva Evangelización con cinco tareas y dimensiones principales.
1. Teología. "Profundizar el significado teológico y pastoral de la nueva evangelización".
2. Magisterio. "Difusión del Magisterio pontificio relativo a la nueva evangelización".
3. Iniciativas. "Dar a conocer y sostener iniciativas relacionadas con la nueva evangelización".
4. Medios de comunicación. "Promover el uso de formas modernas de comunicación, como instrumentos para la nueva evangelización".
5. CEC. "Promover el uso del Catecismo de la Iglesia Católica".
Uno de los primeros frutos de este nuevo Consejo Pontificio fue la celebración del I Congreso Internacional sobre la Nueva Evangelización, en el cual el Papa señaló tres motivos de esperanza para la nueva evangelización:
1. Eficacia divina. "La fuerza de la Palabra no depende, en primer lugar, de nuestra acción, de nuestros medios, de nuestro 'hacer', sino de Dios, que esconde su poder bajo los signos de la debilidad".
2. Buenos frutos. "Los nuevos evangelizadores forman parte de este campo que permite al Evangelio crecer en abundancia y transformar la propia vida y la de los demás".
3. Amplia difusión. "El anuncio del Evangelio ha llegado efectivamente hasta los confines del mundo".
Con el transfondo de estos aspectos expuestos por los Papas, analizaré en mis próximos artículos las intervenciones más destacadas que se vayan produciendo en el Sínodo en curso sobre la Nueva Evangelización.
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Excelente artículo, Fray Tuk.
ResponderEliminarbuenisimo!!!!como siempre!
ResponderEliminarMuchas gracias. Les pedimos que lo difundan y que estén atentos a los próximos artículos de Fray Tuk sobre el Sínodo de los Obispos.
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