En España se admite ya tranquilamente el “abominable crimen del aborto” casi ¡como un derecho! Esto constituye una permanente y brutal agresión a la dignidad de la persona humana. Y el peor daño que esto produce no es el demográfico (que lo es), sino el privar de sentido y de legitimidad a toda una comunidad nacional. Es la mayor fuente de putrefacción que puede darse en una sociedad, que mate fríamente a niños inocentes.
No se puede salir de esta situación de deterioro constante y creciente sin resolver el problema de fondo: hay que sanar el país de raíz y procurar para él un desarrollo integral que respete la dignidad de todos los seres humanos, la dignidad de los hijos de Dios.
Mientras no se acabe con la barbaridad de que en un hospital, junto a la sala de Terapia Intensiva o al quirófano donde se lucha por salvar la vida de una persona enferma, ¡al lado!, al otro lado de la pared, se está terminando con una vida que recién comienza, la vida de una persona inocente, de un niño inocente... es imposible parar este proceso de putrefacción de una sociedad que se cae a cachos.
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¿Hay alguien dispuesto a cortar los miembros con gangrena y comenzar a curar lo que todavía queda sano? si es que queda... Sólo los santos, un sólo santo puede. Hoy día sería necesario un Juan Bautista, denunciando abiertamente y allanando el camino al Gran Sacrificio, que se repite continuamente.
ResponderEliminarParece que todavía queda en España alguien que moralmente vislumbra la verdad y ¡ama a su patria!
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