P. Jorge Teulón. El sacerdote Leandro Fernández López, que actualmente es el párroco de la iglesia del Santísimo Cristo de la Expiración en Santa Cruz (Murcia), es autor del cuadro titulado “Testigos de la Fe”. Cuando el actual arzobispo de Zaragoza, Monseñor Manuel Ureña, fue obispo de la diócesis cartaginense, mandó a don Leandro a estudiar la carrera de Bellas Artes. Por ese motivo, la delegación para las Causas de los Santos le hizo el encargo de pintar un cuadro donde aparecieran todos los mártires.
La diócesis de Cartagena inició en enero de 2007 el proceso de canonización de sacerdotes, seminaristas, hermanos legos de la Luz y seglares que dieron la vida por la fe durante el periodo de persecución religiosa.
Destinado al Palacio Episcopal de Murcia, las medidas de cuadro son de 200 x 130 cm. Leandro Fernández declara que “después de leerme sus biografías quedé asombrado por su capacidad de sufrimiento y perdón, algunos de ellos tuvieron muertes muy crueles, pero es ahí donde se manifiesta el perdón y la gracia que todo lo transforman. Me puse a orar para tener un poco de luz a la hora de realizar la obra, decidí colocar a todos los mártires juntos, a pesar de que su martirio fue en lugares diferentes, excepto algunos, todos fueron asesinados por separado, quise ponerlos en el frente en el momento en el que van a ser martirizados, para ello seleccioné por parecido físico a un grupo de laicos de la parroquia, les dije que se imaginasen que eran los mártires y que estaban a punto de ser fusilados, que tenían que mostrar perdón y cada uno libremente eligió una postura que es la que aparece en la obra final. Quise que el cuadro fuera una catequesis del martirio, que se descubre con la explicación de la obra. A los pies del siervo de Dios José Gómez Llor hay una vela encendida que hace presente la memoria del martirio: su recuerdo nos descubre que en el perdón se transforma la oscuridad del mundo”.
Explicación del cuadro por el autor
El cuadro de los “Testigos de la Fe” representa a los 55 mártires murcianos de la persecución religiosa española, incluidos en el proceso diocesano, en el momento en que van a dar la vida por Cristo; no condenan, van a morir perdonando. Están situados en un campo de trigo, donde la mies esta próxima a la siega. Sus vidas son como semilla que va a caer en tierra buena; para dar fruto abundante.
En el centro del campo de trigo aparece una gran cruz, con el sudario, signo de Resurrección y Vida: la vida de los mártires se esconde en el misterio de la Cruz Gloriosa.
En el centro, encontramos al sacerdote siervo de Dios José Gómez Llor, con los brazos abiertos, antes de dar la vida por Cristo, su actitud es de perdón. Junto a él, cogiendo una cruz que hace alusión a los grandes padecimientos que sufrió en su martirio, se encuentra el presbítero Sotero González Lerma. Junto al Padre Sotero aparece la sierva de Dios Purificación Gómez Valiente, las flores que lleva en su mano recuerdan cómo a ella le gustaba cultivarlas y llevarlas a la Iglesia, también su reloj marca la hora nona, tres de la tarde, de esta manera se hace alusión a la hora de la muerte de Cristo, donde se inserta la muerte de los mártires.
En el lado derecho, están los cuatro seminaristas mártires, tres con fajín verde y el cuarto morado que representa al siervo de Dios José Espinosa Martínez (seminarista de Alquerías). El seminarista siervo de Dios Antonio García Estañ aparece de rodillas llevando una cartulina con una frase de San Pablo que esconde el misterio del martirio: “Si morimos con Cristo; viviremos con Él”. A la derecha de José Gómez Llor está situado el siervo de Dios Francisco Martínez García, mostrando una estampa de la Virgen de la Consolación, patrona de Molina de Segura, que llevaba cuando dio la vida por Cristo en Tribaldos (Cuenca). De esta manera, aparece la presencia de la Santísima Virgen María que, al pie de la cruz, consuela a sus hijos mártires.
Todos los demás mártires aparecen distribuidos por el campo de trigo. Al final en el horizonte, se vislumbra la ciudad de Murcia: está amaneciendo, la torre de la Catedral, aparece a lo lejos como icono de la ciudad. También contemplamos el monumento al Sagrado Corazón de Monteagudo, exactamente debajo aparece el siervo de Dios Francisco Martínez García, que fue quien promovió su construcción. El Corazón de Jesús encierra los designios de Amor Misericordioso de Dios por sus siervos mártires, por esta razón los colores de la montaña, se transforman en tonos morados.
El cielo, con texturas muy diluidas de diferentes modulaciones azuladas, llora ante la muerte de tantos inocentes.
Los mártires, son Testigos de la Fe. Mueren perdonando. Su vida como “semilla preciosa” cae en tierra para dar fruto y fruto abundante.
Ya publicamos este artículo en 2011:
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=18098
Finalmente la Causa del Siervo de Dios José Gómez Llor y sus LIV compañeros mártires, se clausuró el 1 de diciembre de 2012 por el actual Obispo, Monseñor José Manuel Lorca, y está compuesta por 34 sacerdotes, 1 jesuita, 4 seminaristas, 1 ermitaño, 15 seglares -entre ellos solo una mujer.
Publicado en Religión en Libertad.
Destinado al Palacio Episcopal de Murcia, las medidas de cuadro son de 200 x 130 cm. Leandro Fernández declara que “después de leerme sus biografías quedé asombrado por su capacidad de sufrimiento y perdón, algunos de ellos tuvieron muertes muy crueles, pero es ahí donde se manifiesta el perdón y la gracia que todo lo transforman. Me puse a orar para tener un poco de luz a la hora de realizar la obra, decidí colocar a todos los mártires juntos, a pesar de que su martirio fue en lugares diferentes, excepto algunos, todos fueron asesinados por separado, quise ponerlos en el frente en el momento en el que van a ser martirizados, para ello seleccioné por parecido físico a un grupo de laicos de la parroquia, les dije que se imaginasen que eran los mártires y que estaban a punto de ser fusilados, que tenían que mostrar perdón y cada uno libremente eligió una postura que es la que aparece en la obra final. Quise que el cuadro fuera una catequesis del martirio, que se descubre con la explicación de la obra. A los pies del siervo de Dios José Gómez Llor hay una vela encendida que hace presente la memoria del martirio: su recuerdo nos descubre que en el perdón se transforma la oscuridad del mundo”.
Explicación del cuadro por el autor
El cuadro de los “Testigos de la Fe” representa a los 55 mártires murcianos de la persecución religiosa española, incluidos en el proceso diocesano, en el momento en que van a dar la vida por Cristo; no condenan, van a morir perdonando. Están situados en un campo de trigo, donde la mies esta próxima a la siega. Sus vidas son como semilla que va a caer en tierra buena; para dar fruto abundante.
En el centro del campo de trigo aparece una gran cruz, con el sudario, signo de Resurrección y Vida: la vida de los mártires se esconde en el misterio de la Cruz Gloriosa.
En el centro, encontramos al sacerdote siervo de Dios José Gómez Llor, con los brazos abiertos, antes de dar la vida por Cristo, su actitud es de perdón. Junto a él, cogiendo una cruz que hace alusión a los grandes padecimientos que sufrió en su martirio, se encuentra el presbítero Sotero González Lerma. Junto al Padre Sotero aparece la sierva de Dios Purificación Gómez Valiente, las flores que lleva en su mano recuerdan cómo a ella le gustaba cultivarlas y llevarlas a la Iglesia, también su reloj marca la hora nona, tres de la tarde, de esta manera se hace alusión a la hora de la muerte de Cristo, donde se inserta la muerte de los mártires.
En el lado derecho, están los cuatro seminaristas mártires, tres con fajín verde y el cuarto morado que representa al siervo de Dios José Espinosa Martínez (seminarista de Alquerías). El seminarista siervo de Dios Antonio García Estañ aparece de rodillas llevando una cartulina con una frase de San Pablo que esconde el misterio del martirio: “Si morimos con Cristo; viviremos con Él”. A la derecha de José Gómez Llor está situado el siervo de Dios Francisco Martínez García, mostrando una estampa de la Virgen de la Consolación, patrona de Molina de Segura, que llevaba cuando dio la vida por Cristo en Tribaldos (Cuenca). De esta manera, aparece la presencia de la Santísima Virgen María que, al pie de la cruz, consuela a sus hijos mártires.
Todos los demás mártires aparecen distribuidos por el campo de trigo. Al final en el horizonte, se vislumbra la ciudad de Murcia: está amaneciendo, la torre de la Catedral, aparece a lo lejos como icono de la ciudad. También contemplamos el monumento al Sagrado Corazón de Monteagudo, exactamente debajo aparece el siervo de Dios Francisco Martínez García, que fue quien promovió su construcción. El Corazón de Jesús encierra los designios de Amor Misericordioso de Dios por sus siervos mártires, por esta razón los colores de la montaña, se transforman en tonos morados.
El cielo, con texturas muy diluidas de diferentes modulaciones azuladas, llora ante la muerte de tantos inocentes.
Los mártires, son Testigos de la Fe. Mueren perdonando. Su vida como “semilla preciosa” cae en tierra para dar fruto y fruto abundante.
Ya publicamos este artículo en 2011:
http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=18098
Finalmente la Causa del Siervo de Dios José Gómez Llor y sus LIV compañeros mártires, se clausuró el 1 de diciembre de 2012 por el actual Obispo, Monseñor José Manuel Lorca, y está compuesta por 34 sacerdotes, 1 jesuita, 4 seminaristas, 1 ermitaño, 15 seglares -entre ellos solo una mujer.
Publicado en Religión en Libertad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario