28 dic 2013

OPINIÓN. "Herodes trama buscar al niñito para destruirlo"


Fray Tuk. Cada año, no sin fundamento, en fechas de Santos Inocentes y de Sagrada Familia innumerables predicadores católicos advierten de las semejanzas de Herodes con los ideólogos del aborto. Mt 2, 13-15.19-23.



Herodes. Existe gente malvada. Hay que decirlo y repetirlo, pues una funesta ideología buenista ahoga hoy el sentido común y, por tanto, nuestras posibilidades de vivir en la coherencia del mundo real. Según la sociología buenista, el malvado es en realidad una buena persona maltratada por la malvada sociedad. El influjo negativo que ha podido tener el ambiente social sobre un delincuente es sólo media verdad y sólo en algunos casos. La otra parte de la verdad es que el ser humano es libre y responsable de sus acciones. Herodes trama buscar al niñito para destruirlo. Para situar en su lugar la cuestión del aborto hay que responder con verdad a esta pregunta: Quid prodest? ¿Quién se beneficia del aborto? Principalmente, y mucho, se beneficia la industria del aborto, ese aparato diabólico que engorda sus cuentas bancarias triturando cuerpos humanos de los seres más inocentes e indefensos: los niñitos no nacidos. También lucran y mucho ciertos gobernantes (“ingenieros de almas” al más puro estilo nazi y comunista) que quieren manipular la sociedad. Un pueblo mermado en libertad, en vida familiar, en salud psicológica y moral, en cultura… y en integrantes, se domina mejor. Todo eso lo consigue de un solo golpe el aborto.

El niñito (τὸ παιδίον). En el pasaje de Mateo hasta cinco veces se designa a Jesús, Hijo de Dios, como el niñito. A diferencia de la fantasía piadosa de algunos evangelios apócrifos donde el niño realiza todo tipo de milagros, Mateo presenta un niñito aparentemente indefenso y necesitado de la protección de su padre adoptivo, José. Por un lado, esto nos habla del misterioso silenciamiento que hace Dios de su poder, puesto que no actúa directamente sobre las injusticias humanas ni siquiera en defensa de su propio Hijo. Por otro lado y consecuentemente, el frágil niñito deja a la vista el inmenso margen de acción que Dios dramáticamente otorga a la libertad y a la responsabilidad de los hombres. Ambas realidades las palpamos en la cuestión del aborto: los malvados aborteros traman como Herodes, urden argumentos falaces para defender su negocio e intereses, los inoculan a la sociedad, consiguen configurar misantrópicamente las legislaciones de muchos países, para lucrar matando niños no nacidos, inocentes e indefensos, ante el aparente silencio de Dios.

La madre de Él. La fragilidad de la madre del niñito también se ve reflejada en este relato de Mateo. ¿Qué podrían hacer la madre y su hijo frente a un Herodes que trama matarlos? Muchas mujeres son víctimas de un lavado de cerebro ideológico que les presenta la maternidad como una esclavitud, pervirtiendo su hermoso "instinto" materno. La ideología abortera es profundamente machista. El varón pervertido y embrutecido (o no desembrutecido) quiere a la mujer como un objeto ligero de placer. La ideología pansexualista en boga trama hacer que las mujeres aborrezcan el ideal de madre-esposa y ensalza, sobre todo mediante la pornografía, el "ideal" de la libertina-gratuita. El varón machista usa así a la mujer como un juguete, sin responsabilidades, y el "derecho" al aborto le deja el terreno abonado: si la mujer embarazada tiene el hijo, ya no puede reclamar la responsabilidad del padre biológico, puesto que si ella no quiso ejercer el "derecho" a abortar, debe hacerse cargo íntegramente de la crianza de la criatura.

San José. José se hace cargo de su esposa y de su hijo adoptivo, y los defiende eficazmente de la amenaza del tirano Herodes. Cumple la misión que Dios le ha encomendado, y así Dios obra por medio de él. El varón no machista ama a su esposa con ternura, le entrega su vida, le expresa un cariño verdadero, no juega con los sentimientos de ella, no la utilizar en provecho de un placer y desahogo propio, gratuito y sin compromiso. Eso supone un gran crecimiento en la virtud, sobre todo en la más importante: el amor. Y esa maduración sólo se consigue, ordinariamente, con la colaboración a la acción de la gracia divina. El varón justo, como José, se responsabiliza junto a su esposa de su hijo, no la deja sola, se alegra con ella por el hijo común a pesar de los muchos sufrimientos que acompañan la misión materna y paterna. Cada familia, de la que es icono la Sagrada Familia, con su amor a los hijos antes y después de ser engendrados, es la mejor defensa de la ideología machista herodiana que hoy trama destruir a los niñitos de nuestra sociedad con los fines más oscuros, misantrópicos y repugnantes que imaginar se pueda.

Dios no enmudece, sino que impone a la libertad y responsabilidad de los esposos el deber de respetarse, amarse y cuidar entre ambos sus hijos; y a los gobernantes, la misión de defender toda vida humana y de proteger la familia. Pero Dios, misteriosamente, respeta la respuesta del hombre hasta límites insospechados.

@fraytuk

Publicado en Certeza católica.
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