Jueves 5 de diciembre de 2013.
RESUMEN VenL. Atrapado durante tres días en el fondo del Océano Atlántico en un remolcador que había dado una vuelta de campana, Harrison Odjegba Okene rogaba a Dios por un milagro. Sumergido en agua helada, vestido solo con calzoncillos, el cocinero nigeriano repetía el último salmo que su esposa le había enviado por mensaje de texto: “Por tu nombre, Señor, dame vida”. Okene está convencido de que su rescate después de 72 horas bajo el agua y a 30 metros de profundidad es señal de salvación divina. Los otros 11 marineros a bordo del Jacson 4 murieron. Los buzos enviados al lugar solo buscaban cadáveres, dijo Tony Walker, gerente de la compañía holandesa DCN Diving. Cuando una mano apareció en la pantalla monitoreada por Walker en el barco de rescate todos dieron por sentado que era un cadáver más. “El buzo reconoció que había visto la mano y cuando fue a tomarla, ¡esta se aferró a la suya! y gritó ¡Está vivo!", expresó Walke.
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