OPINIÓN. Gorrión. El arzobispo de Córdoba, monseñor Carlos José Ñáñez, inició el proceso canónico correspondiente ante el tribunal eclesiástico de Córdoba al presbítero José Nicolás Alessio, de 52 años, párroco de San Cayetano, en el barrio Altamira de la capital cordobesa, quien últimamente efectuó y continúa efectuando declaraciones públicas en diversos medios de comunicación, a favor del mal llamado “matrimonio” entre personas del mismo sexo.
Mientras se desarrolla el juicio, como medida cautelar, el Arzobispo le prohibió el ejercicio público del ministerio sacerdotal. Por lo tanto el mencionado sacerdote no podrá celebrar públicamente la santa misa ni administrar los sacramentos de la Iglesia, por lo que en la práctica no podrá actuar como párroco.
El pasado 11 de Junio, en la homilía de la clausura del Año sacerdotal, el santo Padre, Benedicto XVI, dijo lo siguiente:
"Tu vara y tu cayado me sosiegan: el pastor necesita la vara contra las bestias salvajes que quieren atacar el rebaño; contra los salteadores que buscan su botín. Junto a la vara está el cayado, que sostiene y ayuda a atravesar los lugares difíciles. Las dos cosas entran dentro del ministerio de la Iglesia, del ministerio del sacerdote. También la Iglesia debe usar la vara del pastor, la vara con la que protege la fe contra los farsantes, contra las orientaciones que son, en realidad, desorientaciones. En efecto, el uso de la vara puede ser un servicio de amor. Hoy vemos que no se trata de amor, cuando se toleran comportamientos indignos de la vida sacerdotal. Como tampoco se trata de amor si se deja proliferar la herejía, la tergiversación y la destrucción de la fe, como si nosotros inventáramos la fe autónomamente. Como si ya no fuese un don de Dios, la perla preciosa que no dejamos que nos arranquen. Al mismo tiempo, sin embargo, la vara continuamente debe transformarse en el cayado del pastor, cayado que ayude a los hombres a poder caminar por senderos difíciles y seguir a Cristo”.
Y, lo que sigue a continuación, de las palabras del Papa en esta misma homilía, viene también muy al momento de la “depresión” que muchas personas de buena voluntad pueden sentir hoy al conocer lo que sucedió esta madrugada en el Senado con la aprobación del mal llamado “matrimonio” entre personas del mismo sexo:
“Al mismo tiempo, sin embargo, la vara continuamente debe transformarse en el cayado del pastor, cayado que ayude a los hombres a poder caminar por senderos difíciles y seguir a Cristo”.
La esperanza nos hace fuertes.
Gorrión.
Que dolor y cuánto debemos pedir por esos niños que pueden ser adoptados ahora por parejas gay. Verguenza ajena me da el señor Alessio, verlo dar la aprobación en nombre de Dios a los homosexuales en la manifestación gay de ayer.
ResponderEliminarRealmente es justa y necesaria la vara, sobretodo en este momento. No sólo para los ¨sacerdotes¨ como este que fue sancionado sino para todos y cada uno de nosostros. Esto nos puede ayudar a despertar de la increible modorra en la que los argentinos y católicos sobretodo, estamos dormidos. Se veía venir y comenzamos la lucha tarde y hasta con miedo y desconfianza, dandonos por vencidos antes de la batalla. Tenemos que aprender muchs cosas...
ResponderEliminarLUCHEMOS POR LA FAMILIA, SEAMOS VERDADEROS HIJOS DE LA SANTA IGLESIA CATÓLICA.