OPINIÓN. Gorrión. La reacción ante la amenaza (y nunca mejor dicho) de que se intruduzca por ley la unión gay como constitutiva de la sociedad misma, se asemeja a una especie de orquesta. Comenzaron a sonar distintos "instrumentos", voces que se levantaban en defensa de la familia, del recto orden social, y contra una política que no busca el bien común sino el interés y la conveniencia política coyuntural, aunque sea a costa de hipotecar (más: de vender; peor: de despojar) a un pueblo de sus valores e instituciones más esenciales y vitales.
Y, gracias a Dios, personas valientes de aquí y de allí, especialmente de algunas provincias, comenzaron a alzar sus voces desde primeros de Junio: Tucumán (45 mil defensotres de la patria), Mendoza (15 mil), San Juan (35 mil)... "Valientes" porque es tal la presión que ya da hasta miedo oponerse a este despojo de la patria. Pero el Espíritu Santo no deja de soplar y levanta testigos en las plazas: Salta (30 mil), Chaco (encabezados por su obispo), Catamarca (2 mil), Córdoba (10 mil), Corrientes (2 mil), San Rafael (12 mil), Buenos Aires, Jujuy (5 mil, con la presencia de su obispo), San Luis (5 mil), Mar del Plata, Misiones (3 mil, encabezados por el intendente de Oberá), Paraná (8 mil)... También con firmas: cientos de miles de firmas, quizás sean ya más de un millón de firmas en contra de gaymonio.
Junto con estos "sonidos", resonaban también, como guardianes de la doctrina cristiana y de la verdad natural patrimono de todos los hombres de buena voluntad, la voz de los obispos: Lona, Aguer, Marino, Arancedo... También las iglesias evangélicas, desde un principio levantaron sus voces con mucha fuerza, siendo un revulsivo y un ejemplo en este caso para muchos.
Y con alegría descubro en las últimas noticias que aparecen en "La Hora de la Verdad" que ahora también el cardenal Bergoglio se ha mostrado públicamente contrario al proyecto de ley que pretende dar un reconocimiento legal a la unión entre personas del mismo sexo, incluso en estos días se ha sabido que ha escrito una carta pidiendo a los párrocos, rectores y capellanes de iglesias, facilitar la participación de los fieles en la marcha del 13 de julio, a las 18.30, al Congreso Nacional. La gravedad del tema y su puesto de responsabilidad en la Iglesia católica así lo exigen. Ahora, hasta los mormones se suman al rechazo de esta ley. Quizás haya influído el revés en la Comisión del Senado para los que quieren que el gaymonio se iguale al matrimonio.
La situación en este momento es que el país ha quedado expuesto a que en la próxima semana resulte aprobado el proyecto sobre la ‘unión civil’ (en cuyo caso deberá ser tratado en la Cámara de Diputados) o directamente se apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En realidad, se trata de “una falsa opción” entre unión civil y matrimonio entre personas del mismo sexo. La respuesta es NO y NO. NO a este "matrimonio" y NO a esta unión civil. Ninguna de las dos cosas. Hay que decir NO y NO para que podamos vivir un SÍ y SÍ: SÍ a la distinción entre los sexos y SÍ a la familia, fundamento de nuestra sociedad y de nuestra Patria.
Y, gracias a Dios, personas valientes de aquí y de allí, especialmente de algunas provincias, comenzaron a alzar sus voces desde primeros de Junio: Tucumán (45 mil defensotres de la patria), Mendoza (15 mil), San Juan (35 mil)... "Valientes" porque es tal la presión que ya da hasta miedo oponerse a este despojo de la patria. Pero el Espíritu Santo no deja de soplar y levanta testigos en las plazas: Salta (30 mil), Chaco (encabezados por su obispo), Catamarca (2 mil), Córdoba (10 mil), Corrientes (2 mil), San Rafael (12 mil), Buenos Aires, Jujuy (5 mil, con la presencia de su obispo), San Luis (5 mil), Mar del Plata, Misiones (3 mil, encabezados por el intendente de Oberá), Paraná (8 mil)... También con firmas: cientos de miles de firmas, quizás sean ya más de un millón de firmas en contra de gaymonio.
Junto con estos "sonidos", resonaban también, como guardianes de la doctrina cristiana y de la verdad natural patrimono de todos los hombres de buena voluntad, la voz de los obispos: Lona, Aguer, Marino, Arancedo... También las iglesias evangélicas, desde un principio levantaron sus voces con mucha fuerza, siendo un revulsivo y un ejemplo en este caso para muchos.
Y con alegría descubro en las últimas noticias que aparecen en "La Hora de la Verdad" que ahora también el cardenal Bergoglio se ha mostrado públicamente contrario al proyecto de ley que pretende dar un reconocimiento legal a la unión entre personas del mismo sexo, incluso en estos días se ha sabido que ha escrito una carta pidiendo a los párrocos, rectores y capellanes de iglesias, facilitar la participación de los fieles en la marcha del 13 de julio, a las 18.30, al Congreso Nacional. La gravedad del tema y su puesto de responsabilidad en la Iglesia católica así lo exigen. Ahora, hasta los mormones se suman al rechazo de esta ley. Quizás haya influído el revés en la Comisión del Senado para los que quieren que el gaymonio se iguale al matrimonio.
La situación en este momento es que el país ha quedado expuesto a que en la próxima semana resulte aprobado el proyecto sobre la ‘unión civil’ (en cuyo caso deberá ser tratado en la Cámara de Diputados) o directamente se apruebe el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En realidad, se trata de “una falsa opción” entre unión civil y matrimonio entre personas del mismo sexo. La respuesta es NO y NO. NO a este "matrimonio" y NO a esta unión civil. Ninguna de las dos cosas. Hay que decir NO y NO para que podamos vivir un SÍ y SÍ: SÍ a la distinción entre los sexos y SÍ a la familia, fundamento de nuestra sociedad y de nuestra Patria.
Gorrión.
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Nos quieren hacer sentir a los católicos que somos "malos" por negarnos a aceptar la unión entre personas del mismo sexo. Y nos acusan de discriminar. ¡¿Saben que en el mundo, HOY, la homosexualidad se pena con la PENA DE MUERTE en 70 países (entre ellos CUBA)? Y los países en los que las personas homosexuales tienen derechos (no por ser homosexuales, sino COMO PERSONAS, COMO CUALQUIER OTRA PERSONA) son, precisamente, los países que tienen una población mayoritariamente católica.
ResponderEliminarRespeto A LAS PERSONAS HOMOSEXUALES, sí. Aceptación de la HOMOSEXUALIDAD como forma de vida integrando la estructura de la sociedad, NO.