OPINIÓN. Gorrión. Algunos, con esto del mundial, un día van a romper la TV. Sin darse cuenta le van a dar una patada, pensando que están en el partido ayudando a los jugadores a meter un gol, o a impedir que les hagan uno en contra. Por más que metan el pie dentro de la TV, en nada influirá para el resultado final.
Deseamos ganar el mundial, pero… ¡no podemos hacer nada! Si al menos estuviéramos allí, en Sudáfrica… Con nuestra garganta, con todas nuestras fuerzas (aunque nos quedásemos afónicos), quizás podríamos llegar a mover con nuestra voz el tímpano de algunos jugadores e influir en su estado de ánimo… ¡Qué le vamos a hacer! Limitaciones de la vida.
En el plano espiritual, en el corazón, en el alma de las personas: a nuestros amigos, a nuestros seres queridos, ¡a nuestros enemigos!, a los que estén sufriendo en este momento, a los que están a punto de morir, incluso a las almas que están en el purgatorio, a los senadores que ahora van a votar si aprueban un golpe de muerte a la estructura de la familia…, sí que podemos ayudarlos. Podemos llegar hasta ellos desde nuestra casa o desde cualquier lugar que nos encontremos. Podemos “hasta meter goles” (aunque quizás nadie se entere, de momento, hasta el Juicio Final). Con la oración y el ofrecimiento de sacrificios ningún “partido” podemos perder si “hinchamos” de esta manera. Y, siempre que la vida o las circunstancias nos den la ocasión, por supuesto, también de una manera visible (digamos, física), con nuestras palabras u obras; lo que se ofrezca.
Se trata del Mundial más importante, el definitivo: la salvación eterna de las personas, de cada persona.
Deseamos ganar el mundial, pero… ¡no podemos hacer nada! Si al menos estuviéramos allí, en Sudáfrica… Con nuestra garganta, con todas nuestras fuerzas (aunque nos quedásemos afónicos), quizás podríamos llegar a mover con nuestra voz el tímpano de algunos jugadores e influir en su estado de ánimo… ¡Qué le vamos a hacer! Limitaciones de la vida.
En el plano espiritual, en el corazón, en el alma de las personas: a nuestros amigos, a nuestros seres queridos, ¡a nuestros enemigos!, a los que estén sufriendo en este momento, a los que están a punto de morir, incluso a las almas que están en el purgatorio, a los senadores que ahora van a votar si aprueban un golpe de muerte a la estructura de la familia…, sí que podemos ayudarlos. Podemos llegar hasta ellos desde nuestra casa o desde cualquier lugar que nos encontremos. Podemos “hasta meter goles” (aunque quizás nadie se entere, de momento, hasta el Juicio Final). Con la oración y el ofrecimiento de sacrificios ningún “partido” podemos perder si “hinchamos” de esta manera. Y, siempre que la vida o las circunstancias nos den la ocasión, por supuesto, también de una manera visible (digamos, física), con nuestras palabras u obras; lo que se ofrezca.
Se trata del Mundial más importante, el definitivo: la salvación eterna de las personas, de cada persona.
Gorrión.
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Claro como el agua. Este "MUNDIAL" dura toda la vida terrena pero si luchamos seguro que ganamos!!!
ResponderEliminar¡VAMOS QUE TODAVÍA TENEMOS TIEMPO! No sabemos cuánto pero aprovechemoslo.
Perdimos un mundial, pero tenemos el otro, el más importante para seguir luchando por el premio...
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