16 dic 2011

OPINIÓN. En el mes de la Inmaculada, 22 mártires oblatos a los altares. Y II



P. Jorge Teulón. El día 7 de noviembre de 1936 fueron fusilados el padre José Vega Riaño, sacerdote y formador, de 32 años, y el estudiante Serviliano Riaño Herrero, de 30. Éste, al ser llamado por los verdugos, pudo acercarse a la celda del padre M. Martín y pedirle la absolución sacramental por la mirilla.


Veinte días después, tocaría el turno a los otros trece. El procedimiento fue el mismo para todos. No hubo acusación, ni juicio, ni defensa. Sólo la proclamación de sus nombres a través de potentes altavoces: Francisco Esteban Lacal, superior provincial, 48 años; Vicente Blanco Guadilla, superior local, 54 años; Gregorio Escobal García, sacerdote recién ordenado, 24 años; y los hermanos escolásticos: Juan José Caballero Rodríguez, subdiácono, 24 años; Publio Rodríguez Moslares, 24 años; Justo Gil Pardo, 26 años; José Guerra Andrés, 22 años; Daniel Gómez Lucas, 20 años; Justo Fernández González,18 años; Clemente Rodríguez Tejerina, 18 años; y los hermanos coadjutores Ángel Francisco Bocos Hernández, 53 años; Marcelino Sánchez Fernández, 26 años y Eleuterio Pardo Villarroel, 21 años.

Se sabe que el 28 de noviembre de 1936 fueron sacados de la cárcel, conducidos a Paracuellos de Jarama y allí ejecutados. Consta en el proceso diocesano que todos murieron haciendo profesión de fe y perdonando a sus verdugos y que, a pesar de las torturas psicológicas durante el cruel cautiverio, ninguno apostató, ni decayó en la fe, ni se lamentó de haber abrazado la vocación religiosa.

El pasado mes de julio, Benedicto XVI confirmaba la fecha de la beatificación que tendrá lugar en la catedral de la Almudena de Madrid mañana sábado 17 de diciembre.


P. Jorge López Teulón.

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