Lunes 4 de junio de 2012.
RESUMEN VenL. La Congregación para la Doctrina de la Fe ha publicado una Nota sobre el libro “Just Love. A Framework for Christian Sexual Ethics”, de Sor Margaret A. Farley, Hermanas de la Misericordia. En ella, advierte a los fieles que el libro “no está en conformidad con la doctrina de la Iglesia Católica”. La Nota, firmada por el Prefecto de la Congregación, el Cardenal William Levada, ha sido aprobada por el Santo Padre y en algunos de sus párrafos expresa “Sor Farley trata argumentos de carácter moral ignorando la enseñanza constante del Magisterio, y cuando ocasionalmente lo menciona, lo trata como a una opinión más. (…) Revela también una comprensión defectuosa del carácter objetivo de la ley moral natural”. La Congregación para la Doctrina de la Fe lamenta profundamente que un miembro de un Instituto de Vida Consagrada haga afirmaciones que están en contraste directo con la doctrina católica en el ámbito de la moral sexual.
Noticia en InfoCatólica.
__________
.png)
Entradas
Sinceramente no entiendo. Pudiendo apostatar, pudiendo elegir ser ateo, agnóstico o de cualquier otra confesión; ¿es necesario difundir doctrina contraria al magisterio de la Iglesia cuando elegiste con total libertad pertenecer plenamente a la misma por el sacramento de la Confirmación y, aún más, elegiste pertenecer aún más intimamente como religiosa de una congregación? ¿Es que acaso los superiores de esta señora (me parece indigno llamarla "religiosa", "hermana") no pueden abrir los ojos y darse cuenta que estan ayudándola a socavar nuestra Iglesia?
ResponderEliminarCuando una persona se une libremente y en plena posesión de sus facultades a una institución y adquiere con ello una serie de beneficios y derechos en su condición de miembro de la misma, se adhiere también a su espíritu, sus ideales, sus normas y contrae sus obligaciones por voluntad propia. A nadie se le ocurre asociarse a un club de fútbol cuando apoya al rival. A nadie se le ocurre enlistarse en el ejército de su país para luchar contra sus mismos camaradas. Y, cuando esto ocurre, se lo denomina lisa y llanamente TRAICIÓN y es considerado una persona poco digna de respeto y aprecio. ¿Por qué no ocurre lo mismo dentro de nuestra Iglesia? Es increíble que en los medios y en la sociedad gusten de llamarnos retrógrados cuando si estas cosas ocurriera en el Islam o el Judaísmo Ortodoxo les costaría un merecido reproche e incluso medidas terribles.