OPINIÓN
Fray Tuk. En su exitoso viaje al Reino Unido, Benedicto XVI tuvo un encuentro con jóvenes tras la celebración de la Misa del pasado sábado 18 de septiembre en la Catedral de Westminster. El Papa pronunció unas breves palabras. ¿Qué quiso transmitir a los jóvenes? Grandes sectores de la Iglesia llevan décadas intentando articular la pastoral juvenil sin que se vean muchos frutos de vocaciones al sacerdocio, a la vida consagrada, de familias bien constituidas, de verdaderos profesionales católicos en la vida pública... Estas sencillas palabras de Benedicto XVI pueden arrojar luz para saber por dónde tiene que transitar el apostolado con los jóvenes.El Papa invitó a los jóvenes a...:
- Escuchar. "Os ruego que abráis vuestros corazones a lo que tengo que decir". Uno de los principales problemas de la juventud es que están saturados de propuestas y experiencias de todo tipo que los dejaron insatisfechos, y han perdido la ilusión y la esperanza de encontrar un sentido valioso a su vida. No escuchan porque creen que han visto, oído y experimentado todo. Pero hay que convencerles de que les queda por oír lo más importante: la Palabra que Dios les dirije, en este caso, por medio de su representante en la tierra.
- Conocerse a sí mismos entrando en el silencio interior. "Pido a cada uno, en primer lugar, que mire en el interior de su propio corazón... Incluso en medio del 'ajetreo' y las presiones de nuestra vida cotidiana, necesitamos espacios de silencio, porque en el silencio encontramos a Dios, y en el silencio descubrimos nuestro verdadero ser". El mundo de hoy puede poner al alcance de los jóvenes conocimientos de todo tipo, pero no puede suplir el aprendizaje fundamental que cada persona inalienablemente tiene que encarar: entrar en el interior del propio corazón para "descubrir nuestro verdadero ser". Para ello se requiere una de las disciplinas más temidas: el silencio. Vivimos una cultura de pánico al silencio. Ignora el hombre moderno el mundo sagrado que hay en su interior.
- Descubrir la imagen de Dios en la propia capacidad interior de amar y ser amados. "Que piense en todo el amor que su corazón es capaz de recibir, y en todo el amor que es capaz de ofrecer. Al fin y al cabo, hemos sido creados para amar. Esto es lo que la Biblia quiere decir cuando afirma que hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios". ¿Qué camino podía proponer el Papa a los jóvenes para que se encuentren con Dios, en un mundo tan materialista?: buscar, más adentro de las inclinaciones desordenadas y egoístas, la propia capacidad interior de amar y ser amado, huella del Amor de Dios Creador.
- Agradecer y valorar el amor recibido. "Todos los días debemos agradecer a Dios el amor... que hemos recibido de nuestras familias, nuestros amigos, nuestros maestros, y todas las personas que en nuestras vidas nos han ayudado a darnos cuenta de lo valiosos que somos a sus ojos y a los ojos de Dios". Tanto se ha inculcado a los niños sus derechos, y tan alejado de la pedagogía moderna es enseñarles sus deberes, que muchas veces encontramos la monstruosa actitud de jóvenes incapaces de agradecer lo que se ha hecho por ellos, insensibles, por tanto, al amor. Satanás, quien más recibió, es el desagradecido por excelencia.
- Ser conscientes de que amar de verdad es muy difícil. "Nuestro corazón puede endurecerse fácilmente endurecido por el egoísmo, la envidia y el orgullo". El Papa huye del buenismo imperante que engaña al querer transmitir el mito del buen salvaje. Si algo nos ha enseñado la Palabra de Dios es que existe el bien y el mal, y que el egoísmo amenaza constantemente a lo más grande y sagrado que hay en el hombre: el verdadero amor. Y muchas veces hasta se confunden amor y egoísmo.
- Rezar diaria y perseverantemente como único medio de vencer el egoísmo. "Cada día hemos de optar por amar, y esto requiere ayuda, la ayuda que viene de Cristo, de la oración. Jesús está siempre allí, esperando serenamente que permanezcamos junto a Él y escuchemos su voz. En lo profundo de vuestro corazón, os llama a dedicarle tiempo en la oración. Pero este tipo de oración, la verdadera oración, requiere disciplina; requiere buscar momentos de silencio cada día. A menudo significa esperar a que el Señor hable".
- ¿Escuchamos a Dios en el Magisterio de la Iglesia o nos escuchamos a nosotros mismos?
- ¿Predomina el ruido o el silencio interior?
- ¿Está en el centro el amor de Dios o el amiguismo grupal?
- ¿Se aprenden fundamentalmente derechos o deberes, a exigir o a agradecer?
- ¿Se respira la idea de que todos somos buenos, o de que existe en nuestro interior el pecado, la tentación, "el egoísmo, la envidia y el orgullo"?
- ¿Hay conciencia de la prioridad y urgencia de la búsqueda de Jesucristo en la oración diaria perseverante?
Fray Tuk.
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Gracias Fray Tuk. Sólo en el profundo silencio la voz de Dios es clara y contundente. Sólo los valientes se animan a escuchar su voz.
ResponderEliminarSí es cierto ante todo reina en nosotroa nuestro YO, nuestro egoismo , nuestra mezquindad, nuestro narcisismo;porq no le dejamos reinar a Él.
ResponderEliminarNecesitamos abrir de par en par las puertas a Cristo , él no quita nada y lo da todo.
él hace nueva todas las cosas inclusive a nosotros si le dejamos.
Gracias Fray Tuk por hacernos reflexionar.
Oraciones