Matías González. En la edición digital de Clarín encontramos la semana pasada una nota referida a un acto que encabezó la Presidenta de la Nación en la localidad santafesina de San Genaro. En el mismo, se anunciaría la construcción de un acueducto para abastecer a gran parte de la provincia, pero el medio refleja que poco se mencionó el tema. Destaca, en cambio, que CFK aprovechó la situación para realizar sus habituales críticas a la oposición y promocionar dos de las iniciativas más relevantes de su gestión: la nueva Ley de Medios y el proyecto de regulación de Papel Prensa. Las mismas, dijo, beneficiarán también a “cooperativas, sindicatos, organizaciones sociales e iglesias”, brindándoles voz y garantizándoles el acceso a “bienes intangibles como la libertad, la palabra y el pensamiento”.
Cabe preguntarse cuál será la libertad y la voz que tendrán las iglesias, a poco más de un mes de aprobada la ley del homonomio. Recordemos que a esta ley se opusieron los representantes y los fieles de los credos más difundidos en nuestra Nación los cuales, sin embargo, vieron repetidamente acalladas sus voces al intentar manifestar su postura tanto en medios de comunicación como en los ámbitos parlamentarios de debate. Y esta declaración se vuelve aún más utópica en momentos en que intenta imponerse una visión de la sociedad y una moral antinatural y poco imparcial mediante la modificación de la ley antidiscriminatoria. La cual ya no sólo impediría la normal expresión en democracia de obispos, sacerdotes, pastores o incluso padres de familia, sino también que estos puedan educar en su doctrina puertas adentro de sus hogares o iglesias.
Por su parte, Perfil publica las declaraciones de la diputada pro-vida Cynthia Hotton, quien afirmó que intentará impedir que la ministro de la Corte Suprema Carmen Argibay pueda votar “en temas de defensa de la vida” ya que su postura abiertamente militante a favor del aborto no le permite tratar esta problemática con imparcialidad. Es notable la manipulación del lenguaje por parte del portal para desestimar los argumentos de Hotton cuando utiliza palabras como “cruzada” o “lucha” en sentido peyorativo.
Concluimos con el portal de La Nación, que tituló el 29 de agosto una nota “Molestó a Bergoglio el acto de Papaleo en una parroquia”. La misma aludía a un acto en el cual el titular del Comfer (Comité Federal de Radiodifusión) Gabriel Mariotto y el querellante en la causa de Papel Prensa, Osvaldo Papaleo, justificaron la ofensiva del Gobierno contra Clarín y La Nación con expresiones peyorativas dirigidas a jueces, fiscales, legisladores y periodistas de la oposición. El evento se llevó a cabo en una parroquia de Mataderos y fue organizado por la agrupación “Peronismo Militante”.
La información nos dice que fuentes de “Peronismo Militante” explicaron que realizaron el acto allí porque “más allá de su vinculación con la Iglesia es un lugar de referencia en el barrio”. No extrañan estas declaraciones. La Historia nos enseña que una de las estrategias más efectivas de la propaganda de los gobiernos de corte populista consiste en buscar cierta cercanía con la Iglesia cuando lo necesita, debido al cariño que el pueblo le profesa a esta, para lograr entonces mayor credibilidad entre la gente. Y no es la primera vez que, a lo largo de este año, pudimos ver cómo alternativamente sectores afines al Gobierno y otros opositores recurrieron a este método en sus actos para obtener consenso en la población en el enfrentamiento constante que viven entre sí.
Cabe preguntarse cuál será la libertad y la voz que tendrán las iglesias, a poco más de un mes de aprobada la ley del homonomio. Recordemos que a esta ley se opusieron los representantes y los fieles de los credos más difundidos en nuestra Nación los cuales, sin embargo, vieron repetidamente acalladas sus voces al intentar manifestar su postura tanto en medios de comunicación como en los ámbitos parlamentarios de debate. Y esta declaración se vuelve aún más utópica en momentos en que intenta imponerse una visión de la sociedad y una moral antinatural y poco imparcial mediante la modificación de la ley antidiscriminatoria. La cual ya no sólo impediría la normal expresión en democracia de obispos, sacerdotes, pastores o incluso padres de familia, sino también que estos puedan educar en su doctrina puertas adentro de sus hogares o iglesias.
Por su parte, Perfil publica las declaraciones de la diputada pro-vida Cynthia Hotton, quien afirmó que intentará impedir que la ministro de la Corte Suprema Carmen Argibay pueda votar “en temas de defensa de la vida” ya que su postura abiertamente militante a favor del aborto no le permite tratar esta problemática con imparcialidad. Es notable la manipulación del lenguaje por parte del portal para desestimar los argumentos de Hotton cuando utiliza palabras como “cruzada” o “lucha” en sentido peyorativo.
Concluimos con el portal de La Nación, que tituló el 29 de agosto una nota “Molestó a Bergoglio el acto de Papaleo en una parroquia”. La misma aludía a un acto en el cual el titular del Comfer (Comité Federal de Radiodifusión) Gabriel Mariotto y el querellante en la causa de Papel Prensa, Osvaldo Papaleo, justificaron la ofensiva del Gobierno contra Clarín y La Nación con expresiones peyorativas dirigidas a jueces, fiscales, legisladores y periodistas de la oposición. El evento se llevó a cabo en una parroquia de Mataderos y fue organizado por la agrupación “Peronismo Militante”.
La información nos dice que fuentes de “Peronismo Militante” explicaron que realizaron el acto allí porque “más allá de su vinculación con la Iglesia es un lugar de referencia en el barrio”. No extrañan estas declaraciones. La Historia nos enseña que una de las estrategias más efectivas de la propaganda de los gobiernos de corte populista consiste en buscar cierta cercanía con la Iglesia cuando lo necesita, debido al cariño que el pueblo le profesa a esta, para lograr entonces mayor credibilidad entre la gente. Y no es la primera vez que, a lo largo de este año, pudimos ver cómo alternativamente sectores afines al Gobierno y otros opositores recurrieron a este método en sus actos para obtener consenso en la población en el enfrentamiento constante que viven entre sí.
Matías González.
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