Matías González. El portal de La Nación se destaca por publicar ya el miércoles anterior datos útiles para los peregrinos, como el horario y lugar de partida, los horarios de misas en la Basílica, recomendaciones de los organizadores y resaltar la labor de los grupos de apoyo. En la misma línea continúa el mismo sábado en que se desarrolló la marcha. Mientras que el domingo 3 de octubre, se centró en comentar las primeras impresiones de la jornada, relatando por sobre todo la fe y la alegría con que los peregrinos avanzaban hacia Luján, y el esfuerzo de los voluntarios al costado del camino.
Más tarde el mismo día, extrae de la homilía del cardenal Bergoglio en la Misa principal la idea de que “el pueblo argentino quiere una patria en la que todos tengan cabida, en la que no haya sobrantes, excluidos y explotados". Además, continúa con los relatos de los fieles que explican los motivos por los que participaron y cómo se prepararon y enuncia que la caminata se convirtió ya en “una tradición”. Pero lo más sobresaliente de la cobertura de la Nación son dos columnas de opinión publicadas el mismo domingo.
Una de ellas, de Carlos Roberts, en la que recuerda que la juventud no es sólo la que nos muestran los medios “por sus excesos con el alcohol, con la TV o con Internet, por atragantarse con comida chatarra, por su participación en la creciente criminalidad, por los colegios que toman o por conocer de los próceres”, sino que es también aquella que participó en la peregrinación y “se relacionan con Dios o con su religión a través de esas cosas -horizontales, podríamos decir- que les son comunes en su día a día, como la música, la barra de amigos, el buen humor”.
Y la otra columna, de Mariano De Vedia, observa que “el santuario de Luján fue ayer la madre de todos” y que “la peregrinación a Luján convocó a miles de jóvenes que no aplaudieron consignas de confrontación y de odios, como sí se escucharon el martes último frente a Tribunales” –en alusión a la marcha realizada la semana pasada en defensa de la ley de medios audiovisuales que, como se sabe, perjudicaría entre otros a este multimedios desde el que escribe de Vedia-.
El detalle negativo de la cobertura lo da el lunes 4 la cronista Silvina Premat, quien al observar un pancartas gigante en la plaza durante la misa que decía “María, tu mirada refleja la injusticia del aborto”, se molestó en buscar un miembro de la organización que polemizara ("Estamos en contra del aborto, pero estas leyendas no expresan el espíritu con el que enfrentamos este tema") para generalizar su opinión y así crear una sensación de divisiones. Sin embargo, hay que ser justos y resaltar que fue el único artículo a lo largo de la semana que publicó una cifra aproximada de la concurrencia a la peregrinación: “para los funcionarios del gobierno bonaerense que coordinaron los operativos de seguridad, no hay dudas: este año, los caminantes superaron el millón y medio”; cifra que contrasta con los imprecisos “cientos de miles”, “más de un millón” e incluso “miles” a secas con los que otros medios definieron la asistencia.
Más tarde el mismo día, extrae de la homilía del cardenal Bergoglio en la Misa principal la idea de que “el pueblo argentino quiere una patria en la que todos tengan cabida, en la que no haya sobrantes, excluidos y explotados". Además, continúa con los relatos de los fieles que explican los motivos por los que participaron y cómo se prepararon y enuncia que la caminata se convirtió ya en “una tradición”. Pero lo más sobresaliente de la cobertura de la Nación son dos columnas de opinión publicadas el mismo domingo.
Una de ellas, de Carlos Roberts, en la que recuerda que la juventud no es sólo la que nos muestran los medios “por sus excesos con el alcohol, con la TV o con Internet, por atragantarse con comida chatarra, por su participación en la creciente criminalidad, por los colegios que toman o por conocer de los próceres”, sino que es también aquella que participó en la peregrinación y “se relacionan con Dios o con su religión a través de esas cosas -horizontales, podríamos decir- que les son comunes en su día a día, como la música, la barra de amigos, el buen humor”.
Y la otra columna, de Mariano De Vedia, observa que “el santuario de Luján fue ayer la madre de todos” y que “la peregrinación a Luján convocó a miles de jóvenes que no aplaudieron consignas de confrontación y de odios, como sí se escucharon el martes último frente a Tribunales” –en alusión a la marcha realizada la semana pasada en defensa de la ley de medios audiovisuales que, como se sabe, perjudicaría entre otros a este multimedios desde el que escribe de Vedia-.
El detalle negativo de la cobertura lo da el lunes 4 la cronista Silvina Premat, quien al observar un pancartas gigante en la plaza durante la misa que decía “María, tu mirada refleja la injusticia del aborto”, se molestó en buscar un miembro de la organización que polemizara ("Estamos en contra del aborto, pero estas leyendas no expresan el espíritu con el que enfrentamos este tema") para generalizar su opinión y así crear una sensación de divisiones. Sin embargo, hay que ser justos y resaltar que fue el único artículo a lo largo de la semana que publicó una cifra aproximada de la concurrencia a la peregrinación: “para los funcionarios del gobierno bonaerense que coordinaron los operativos de seguridad, no hay dudas: este año, los caminantes superaron el millón y medio”; cifra que contrasta con los imprecisos “cientos de miles”, “más de un millón” e incluso “miles” a secas con los que otros medios definieron la asistencia.
Matías González.
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