P. Mario Ortega. Obras son amores y no buenas razones. O buenos deseos, que expresamos unos a otros. El Papa, indultando a la persona que, queriendo o no, le ha movido un lío tremendo; y el Cardenal de Nápoles, Crescenzio Sepe, sirviendo él mismo en el comedor de los pobres, son un buen ejemplo para todos.
Considero que las noticias que nos llegan en estas Navidades y que van más allá de las palabras y los buenos deseos, son las mejores felicitaciones. Y si éstas nos vienen del Papa y de un Cardenal, mejor aún. Celebramos la venida de la Luz al mundo. No la luz de Dios, sino Dios mismo, que es la Luz. Nuestro mundo está en tinieblas y necesita esta Luz.
El perdón indulgente de Benedicto XVI al mayordomo que le fue infiel y filtró documentos reservados, es la mejor muestra de que lo que reina en la Iglesia, por voluntad de Dios, es la Caridad. Seguro que este gesto hace mucho más bien al famoso "Paoletto" que los 18 meses de cárcel que la justicia le impuso por sus acciones. Hace falta mostrar al mundo esta foto. Una imagen vale más que mil palabras y ahí está el Papa, dando un extraordinario ejemplo de perdón.
Y también es muy significativa la imagen del Cardenal Arzobispo de Nápoles, Mons. Crescenzio Sepe, que representa aquél versículo del Evangelio: "Quien sea primero entre vosotros, sea vuestro servidor" y aquél otro "lo que hacéis con uno de éstos, mis hermanos - dice Jesús - conmigo lo hacéis".
Sirvan estas dos fotos como felicitación navideña desde este blog. ¡Feliz Caridad a todos y Buen año para imitar estos ejemplos!
P. Mario Ortega
Publicado en La Gaceta de la Iglesia.
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¡¡Feliz Navidad!!
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