Gorrión. Hay distintas maneras de entender qué es y qué dinámicas posee el “desarrollo”. Hay quien piensa que el desarrollo es un proceso normal, casi necesario, que se produce de forma casi automática. Este error viene de la Ilustración (¡vaya con la Ilustración!).
Hoy, en nuestra cultura contemporánea, se piensa que el desarrollo consiste en que las cifras macroeconómicas cuadren.
Pero, ¿qué dice la Doctrina Social de la Iglesia al respecto? Que sólo existe desarrollo en tanto en cuanto existe un beneficio que “alcanza a todos los hombres y a todo el hombre” (Pablo VI). En estos beneficios han de incluirse, además de los económicos y materiales (que deben llegar de alguna manera todos), los valores superiores como el amor, la amistad, la oración y la contemplación. En esto consiste el verdadero desarrollo.
Como podemos ver, la diferencia fundamental a la hora de considerar qué es “desarrollo”, consiste en no dar la exclusividad a los datos, a las meras cifras, y poner la atención en la realidad, esto es, en la situación concreta de las personas.
Cuando se dejan de lado los valores superiores –desde luego, superiores a la economía– el ser humano queda desasistido, sin rumbo y sin fuerzas, y queda a merced de su sed de poder y su afán de riquezas a cualquier precio.
Es necesario, por tanto, como una exigencia de los mismos fundamentos de toda sociedad humana, establecer una jerarquía de valores en la que la economía no sea lo esencial, sino que esté al servicio de la sociedad: “no es el hombre para la economía, sino la economía para el hombre”. Y el hombre es imagen de Dios. En la medida en que se produzca este cambio, la economía dejará de ser fuente de problemas, para convertirse en fuente de soluciones para mejorar la vida y la convivencia de las personas.
La sociedad ha de ser una gran familia –esto es lo que es en la mente de la Iglesia–. No somos individuos atomizados, desligados unos de otros. Por eso, la suerte de unos está ligada a la de los demás. Y por eso, si el desarrollo no se produce de forma global, no es auténtico desarrollo.
Gorrión.
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Hoy, en nuestra cultura contemporánea, se piensa que el desarrollo consiste en que las cifras macroeconómicas cuadren.
Pero, ¿qué dice la Doctrina Social de la Iglesia al respecto? Que sólo existe desarrollo en tanto en cuanto existe un beneficio que “alcanza a todos los hombres y a todo el hombre” (Pablo VI). En estos beneficios han de incluirse, además de los económicos y materiales (que deben llegar de alguna manera todos), los valores superiores como el amor, la amistad, la oración y la contemplación. En esto consiste el verdadero desarrollo.
Como podemos ver, la diferencia fundamental a la hora de considerar qué es “desarrollo”, consiste en no dar la exclusividad a los datos, a las meras cifras, y poner la atención en la realidad, esto es, en la situación concreta de las personas.
Cuando se dejan de lado los valores superiores –desde luego, superiores a la economía– el ser humano queda desasistido, sin rumbo y sin fuerzas, y queda a merced de su sed de poder y su afán de riquezas a cualquier precio.
Es necesario, por tanto, como una exigencia de los mismos fundamentos de toda sociedad humana, establecer una jerarquía de valores en la que la economía no sea lo esencial, sino que esté al servicio de la sociedad: “no es el hombre para la economía, sino la economía para el hombre”. Y el hombre es imagen de Dios. En la medida en que se produzca este cambio, la economía dejará de ser fuente de problemas, para convertirse en fuente de soluciones para mejorar la vida y la convivencia de las personas.
La sociedad ha de ser una gran familia –esto es lo que es en la mente de la Iglesia–. No somos individuos atomizados, desligados unos de otros. Por eso, la suerte de unos está ligada a la de los demás. Y por eso, si el desarrollo no se produce de forma global, no es auténtico desarrollo.
Gorrión.
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Una propuesta es que difundáis cada mes la Revista de aplicaciones, con ejercicios interactivos escolares, artículos, vídeos, plan de formación y más cosas. Podéis enviarla a vuestra lista de contactos.
ResponderEliminarhttp://www.aplicaciones.info/revista/revis66.htm
Os enviaré esta revista cada mes. Gracias.
Un cordial saludo de
Arturo Ramo