OPINIÓN. Caso Gadafi: ¿Amigos o enemigos? ¿Buenos o malos?

Fray Tuk. Algunas imágenes. Algunas palabras. Ustedes dirán lo que vean.

En su visita a Libia de noviembre de 2008, Cristina se comparó con Gadafi: "Es necesario sumar voluntades de todos los que creemos que debe existir una sociedad más justa... Yo también, al igual que el líder de la nación Libia, hemos sido militantes políticos, desde muy jóvenes, hemos abrazado ideas y convicciones muy fuertes y con un sesgo fuertemente cuestionador al estatus quo (se dice statu quo, presidenta) que siempre se quiere imponer para que nada cambie y nada pueda transformarse". En febrero de 2011, el Gobierno argentino, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores, se mostró "profundamente preocupado por las graves violaciones a los derechos humanos en Libia".

El 21 de octubre de 2011 la OTAN, a la que pertenecen España, Estados Unidos, Francia e Italia, bombardeó un convoy en el que se encontraba Gadafi, y tras el cual el dictador fue atrapado por los guerrilleros libios que, según todos los indicios le sometieron a todo tipo de vejaciones antes y después de matarlo. Sin leyes. Sin juicios.

Y ayer martes 25 de octubre de 2011 la OTAN manifestó, por medio de uno de sus representantes, que confía en que Libia se convertirá en un estado democrático porque "las autoridades provisionales nos han prometido a nosotros y a la comunidad internacional que el proceso político respetará las leyes internacionales y los derechos humanos". Sí, "las autoridades provisionales", ahora tan amigos como antes Gadafi. Sí, los sin leyes y sin juicios. Sí, los mismos que han anunciado que adoptan la sharia como fuente de legislación. Sí, la sharia, esa mezcla de ley y religión que pisotea "las leyes internacionales y los derechos humanos".

Fray Tuk.

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