Fray Tuk. El Jefe Mayor de la Iglesia Siro-Malabar -que cuenta con varios millones de fieles en la India-, el cardenal George Alencherry, habló el pasado Sínodo de la exigencia de ser discípulo de Cristo, de sacerdotes y consagrados funcionarios, y de la obra de Cristo en evangelizadores y evangelizados.
Como ya comenté en el pasado artículo, voy a dedicar algunas semanas a entresacar de las intervenciones del pasado Sínodo de los Obispos sobre Nueva Evangelización las mejores ideas de las que considero intervenciones más destacadas. No esperen, pues una reseña exhaustiva de cada intervención, como hice con las relaciones por continente. Si quieren leer las ponencias completas, al final les facilito el enlace correspondiente. Paso, pues, a ofrecerles algunas reflexiones notables del cardenal Alencherry. (Como siempre, "entre comillas el texto del ponente", y en cursiva mis comentarios).
Urgente examen de conciencia intraeclesial.
"La nueva evangelización exige que la Iglesia haga examen de conciencia".
- Ignorancia de la fe. "Es un hecho que en la Iglesia hay numerosos fieles que no saben quién es Cristo ni el precio que hay que pagar para ser sus discípulos". Algunos 'pastoralistas' dicen que si evangelizamos con la exigencia de la fe ahuyentamos a la gente de la Iglesia. Este cardenal piensa lo contrario. Y los hechos también dicen lo contrario. Y el Evangelio también manda lo contrario.
- Funcionariado sacerdotal y consagrado. "La vida y el ministerio de los sacerdotes y de los consagrados y consagradas se ha convertido en algo funcional, más que espiritual y eclesial. Parece que hoy en día la formación de los sacerdotes y de los religiosos tiende a hacer de ellos unos funcionarios, con diferentes ministerios en la Iglesia, más que unos misioneros inflamados por el amor de Cristo. Incluso en lugares de misiones ad gentes de la Iglesia, el funcionamiento a través de las instituciones ha hecho que sacerdotes y religiosos perdiesen el vigor y la fuerza del Evangelio al que se han comprometido con su vocación". Más allá de estrategias pastorales, el cardenal siro-malabar señala lúcidamente la esencia de la evangelización: el amor ardiente a Cristo en coherente fidelidad al Evangelio. Tan fundamental como olvidado.
Exigencias para el evangelizador.
- Encuentro radical con Cristo. "La Iglesia debe convertirse cada vez más en una comunión de personas que han encontrado a Cristo y, por eso, con la fuerza de la gracia de Dios, se ofrecen para pagar el precio de ser sus discípulos". Alencherry ataca en una sola frase los males eclesiales tan extendidos del cristianismo light sin Cristo y del pelagianismo.
- Camino hacia la santidad. "La llamada universal a la santidad debe convertirse en una conciencia fundamental para todos los fieles cristianos". El tema de la fuerte llamada universal a la santidad que hizo el Vaticano II se pasó de moda rápidamente entre los tergiversadores del Concilio. Se usó para equiparar al sacerdote con el laico. Pero se abandonó porque es difícil profanar el concepto 'santidad', por su alusión directa a la sacralidad de la fe, y por el ejemplo vivo de los santos de la Iglesia católica.
- Única fe en el único Salvador. "El carácter único de la fe cristiana y la promesa de Cristo, que se renueva siempre en la Iglesia, deben ser la fuerza motora para la vida de todo cristiano. Jesucristo, único Salvador, es quien obra tanto en el evangelizador como en los evangelizados. Dijo de sí mismo: Yo soy la verdad, Yo soy la luz, Yo soy el camino, Yo soy la puerta, Yo soy el alimento, Yo soy la vida". Es una alegría que éste purpurado, aun siendo de la India, deje claramente expresado que Cristo, artífice de la nueva evangelización, es el único Camino que se recorre por la única fe cristiana. De esta verdad surge el celo y el vigor apostólico, no de los que pretenden otorgarle carácer salvífico a las religiones.
Texto completo de su intervención.
Publicado en Certeza católica.
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