OPINIÓN. "Los Estados se apropian de las inteligencias de los estudiantes a través de la formación de los docentes"

Fray Tuk. "La progresiva descristianización de Occidente ha tenido lugar a través de la descristianización de las escuelas y de las universidades". Así de claro y contundente se mostró el Rector Magnífico de la Pontificia Universidad Lateranense en su lúcida ponencia del pasado Sínodo.

Mis referencias sobre el obispo salesiano Enrico Dal Covolo pasaban por los Ejercicios Espirituales que predicó a Benedicto XVI en 2010, y por su aportaciones sobre la figura de los papas Pablo VI y Juan Pablo I. La influencia desmedida e ideológica de los estados en el derecho y en la educación son para el rector de la Lateranense dos causas fundamentales de la descristianización de Europa. Desarrolla la segunda. Reproduzco íntegramente sus palabras en el pasado Sínodo para la Nueva Evangelización porque constituyen una argumentación breve y clara sobre tan importante tema. Los subrayados y el comentario final en cursiva son míos.

"La situación actual de progresiva descristianización de la vieja Europa depende, entre otras cosas, de dos innegables procesos, unidos entre sí. Éstos son: la estatalización del derecho y la estatalización de las escuelas.

De hecho, las escuelas y las universidades (también las católicas) están sometidas cada vez más al control directo de los Estados. A esta lógica no escapa el llamado Proceso de Bolonia.

El Estado impone los contenidos de la enseñanza, no sólo a través de los llamados programas, sino también mediante los libros de texto.

En este procedimiento, la visión cultural que se abre a la fe cristiana se ve debilitada sistemáticamente, en ventaja de perspectivas llamadas interreligiosas o interculturales. En efecto, de esta forma se insinúa en la mente de los jóvenes una visión cultural muy alejada de la fe cristiana o, incluso, explícitamente contraria a ella.

El caballo de Troya, a través del cual los Estados se apropian de las inteligencias de los estudiantes, es la formación de los docentes. En muchos países los docentes se forman únicamente en las universidades estatales, y quien quiere enseñar debe poseer, pues, la idoneidad estatal, conseguida según un itinerario formativo establecido por los Estados y con exámenes de Estado.

La progresiva descristianización de Occidente ha tenido lugar, pues, a través de la descristianización de las escuelas y de las universidades.

Ahora bien, una nueva evangelización sólo puede acaecer en el reconocimiento de las personas, de su conciencia y de sus derechos.

Si los Estados se apropian del proyecto personal de aprendizaje, como con frecuencia han hecho y continúan haciendo, quitan a las personas la libertad de realizarse, privándolas de un derecho originario y constitutivo".

No habla por hablar Dal Covolo. En Alemania ya han encarcelado a varios padres por oponerse a la educación estatalista ideologizante de sus hijos (ver noticias 1 2). Que el estado quiera dominar las conciencias por medio de la educación es algo sabido, aunque no por eso deja de ser valiente y oportuna la denuncia. Ahora bien, la cuestión medular es ¿qué han hecho los católicos para proponer una alternativa cultural verdaderamente humanizante y sana frente a la pestilente cultura de la muerte en sus versiones abortera, retroprogresista, eutanásica, liberticida, pansexualista y cristianofóbica? ¿Qué falta por hacer? Los primeros cristianos ganaron la "batalla" cultural al paganismo con testimonio de santidad y argumentos de calado.

Publicado en Certeza católica.

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