Fray Tuk. El Año de la Fe que ha propuesto Benedicto XVI desde octubre de 2012 hasta noviembre de 2013 ha dado comienzo con un Sínodo de Obispos, en curso hasta el 28 del presente, sobre La nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. En tal marco nace este blog que he dado en llamar Certeza católica.
¿Por qué certeza? Para subsistir necesitamos cierto grado de convicción sobre la potabilidad del sentido que damos a nuestra vida. Para poder transmitir ética y eficazmente una cosmovisión, debemos tener certeza de que enmarca la propia vida y la de mi interlocutor en un camino correcto. Por eso, toda nueva evangelización tiene que partir de la certeza del apóstol sobre la bondad de su propuesta.
¿Por qué católica? La Iglesia recibe su mensaje del mismo Dios por medio de Jesucristo que, con sus milagros y cumplimiento de profecías, nos aporta seguridad de que es el Enviado. Él ha depositado su revelación en su única Iglesia, para que llegue a todas las gentes. La buena nueva del nuevo evangelizador consiste en una certeza que es católica (universal) en tres sentidos:
Dios se revela para todo hombre. Los destinatarios de la nueva evangelización no son sólo los pobres, ni sólo los que pueden aportar algo a cambio, ni sólo los que entran a la Iglesia.
Hay que transmitir todo el mensaje de Cristo. Ni religión a la carta ni Cristo pasado por el tamiz de lo políticamente correcto.
Hay que tansmitirlo con toda la Iglesia, en comunión vital con su Cabeza, Cristo; en comunión doctrinal con su Vicario, el Papa.
Este debe ser, a mi juicio, el fundamento de la nueva evangelización. El "apóstol" (laico, consagrado, presbítero u obispo) sin certeza católica "evangeliza" sin fuste. La casa edificada sobre arena sucumbe; la edificada sobre roca no. Y la roca es la certeza católica.
Publicado en Certeza católica.
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